Vista de la Westerkerk en Ámsterdam de Van der Heyden
La cantidad de grandes pintores barrocos holandeses es abrumadora. Algunos de ellos como el mismísimo Rembrandt o el gran Franz Hals, siempre aparecen en los listados de los pintores más influyentes de la historia del arte. Pero luego hay otros de gran valía, cuyas creaciones quedan a la sombra de esos grandes gigantes, sobre todo para el gran público.
Ese es el caso del pintor Jan Van der Heyden (1637 – 1712), un autor muy prolífico que cuenta en su producción con obras tan interesantes como este óleo pintado sobre tabla hacia el año 1660 y que hoy cuelga en las salas de la National Gallery de Londres.
La Vista de la Westerkerk en Ámsterdam, se trata de un paisaje urbano, muy habitual en los artistas flamencos de la época. Y como en muchas de las vistas urbanas que realizó Van der Heyden, se nos muestra como un artista concienzudo y paciente como pocos. Y es que fue un verdadero talento para el dibujo técnico y minucioso. Por ejemplo, aquí si viéramos la obra con una lupa, podríamos leer los textos de algunos carteles pegados a los cajones que protegen los carteles del primer plano de la escena.
Pero el arte de este pintor no se queda en esa asombrosa capacidad para el detalle, sino que además es capaz de subordinarlo todo por el bien del conjunto, de manera que todo queda unido por su exquisito tratamiento de la luz, que aquí se manifiesta en un cielo inmenso, debido al horizonte tan bajo. Y todo ese cielo baña de luminosidad la vista, haciendo que la luz se refleje en los edificios, las copas de los árboles y en las aguas del canal.
Como particularidad de esta obra hay que decir que es mucho mayor a otras semejantes que realizó el artista. Y eso seguramente se debe a que los encargantes, lo regentes de la propia iglesia de Westerkerk, le encomendaron hacer la imagen de esas dimensiones para colocarlo en su sala de reuniones. Y es que este templo era reciente, tanto que había sido acabada en 1638, y a diferencia de otros templos de Ámsterdam más antiguos, aquí siempre ha habido culto luterano.
Desde luego el cuadro tiene muchos elementos interesantes a destacar. Por ejemplo, el punto de vista elegido, al otro lado del canal. De esta forma, puede integrar la iglesia en el entorno, pero a la vez puede aislarla, dándole un importante protagonismo, en el centro y completamente rodeada de cielo y vegetación.
Y si volvemos a acercarnos, distinguiremos varias escenas anecdóticas por los jardines, algunas de las cuales deberían reflejarse en la aguas del canal. Pero no es así, lo que hace pensar que no las pintó el propio Van de Heyden, sino un colaborador. En esos años era habitual este tipo de colaboraciones entre pintores, que les daban trabajo a pintores especializados en figuras pequeñas, flores o ciertas formas.