Whaam de Lichtenstein
Las obras más conocidas de Roy Lichtenstein, como pueden ser Mujer en el baño o Muchacha con pelota se vinculan con imágenes del modo de vida americano más despreocupado y consumista, por lo que generalmente tienen mucha similitud con escenas propias de la publicidad. Sin embargo, este destacado representante del Pop Art también tiene obras de temáticas diferentes.
Un buen ejemplo es este díptico titulado Whaam, el cual mantiene como en otras obras la estética similar a los carteles comerciales, además de un indudable parecido con los cómic del momento. Pero pese a lo que pueda parecer, aquí estamos ante un gran cuadro también en lo referente a sus dimensiones, ya que mide 172 x 406 cm. O sea que es un enorme lienzo que el artista estadounidense pintó con óleo y pintura acrílica.
Y es muy curioso ya que esta gran obra que hoy cuelga en las salas de la Modern Tate de Londres, en realidad es una gigantesca reproducción de algunas viñetas publicadas en el número 89 del cómic All American Men of War, una publicación del año 1962, mientras que el cuadro lo realizó el pintor al año siguiente.
No obstante, hay que decir que aquel cómic era uno más de los muchos productos que evocaban a los héroes de la Segunda Guerra Mundial, para lo cual se recurría a personajes verdaderos o inventados cuando se creía oportuno. De hecho, en este caso tanto en el cómic como en el cuadro, el piloto es un personaje ficticio llamado Johnny Flying Cluoud, apodado “Ace Navajo”, y representa aun militar de las fuerzas aéreas norteamericanas aunque de origen indio y que pilotaba uno de los P-51 Mustang.
Como hemos dicho, los cómics que inspiraron a Lichtenstein tenían un claro tono belicista y en algunos casos son fruto de un largo trabajo de documentación, para relatar hechos verídicos o mostrar detalles exhaustivos del armamento, los vehículos o las situaciones vividas en aquella contienda.
Pero en cambio, Lichtenstein tiene otro propósito a la hora de realizar semejante lienzo. Y eso que él no es que fuera un antibelicista, ni crítico con aquella guerra. Incluso se alistó desde el comienzo en el ejército y recibió formación como piloto, aunque no llegó a volar y solo hizo simulaciones. Pero, unas décadas después, o sea, en 1963 cuando pinta esta obra lo que busca es crear una imagen de fuertes valores cromáticos y que simplemente sea espectacular a los ojos del espectador. Lo cual al mismo tiempo le sirve para plasmar de forma muy visual lo violento de aquel conflicto.