Carhenge
Ya hemos hablado en más de una ocasión de las grandes obras que ha generado en el siglo XX el movimiento del Land Art, donde la naturaleza se convierte en parte de la obra de arte. Sin embargo, siempre lo habíamos hecho con creaciones completamente originales y de aspectos cambiantes por las diferentes estaciones o el ciclo de la vegetación. No obstante, en esta ocasión nos ocupa una creación que está inspirada en una obra artística mucho anterior. Y que además dada, su ubicación en una zona desértica, su apariencia es más o menos idéntica en cualquier momento que se visite.
Hablamos de Carhenge concebida por el arquitecto Jim Reinders en las proximidades de la ciudad de Alliance en estado de Nebraska, Estados Unidos. Una obra que es una réplica de otra muchísimo anterior. Ni más ni menos que del conjunto megalítico de Stonehenge en Gran Bretaña.
Reinders había conocido ese misterioso yacimiento prehistórico durante sus años de estudiante en Inglaterra, y había quedado fascinado por él. Así que la tras la muerte de su padre, decidió que para homenajearlo iba a hacer una gigantesca reproducción de Stonehenge, pero lo que allí son piedras, aquí iban a ser coches. De ahí su denominación de Carhenge.
Para realizarla eligió un terreno que la familia tenía en Nebraska, y en 1987 allí colocó los 38 automóviles que conforman esta peculiar forma circular de unos 30 metros de diámetro. En una disposición calcada al monumento original.
La verdad es que al comienzo los vecinos de Alliance vieron esta obra con escepticismo, e incluso alguno que otro pidió que se demoliera. Sin embargo, con el paso del tiempo la defienden y saben que atrae visitantes a su localidad. Además de que el autor ha acabado cediendo el terreno al municipio, que también se hace cargo del mantenimiento de la obra.
Los 38 coches son de diferentes modelos y marcas. Hay por ejemplo un Cadillac, pero otros son viejas camionetas y se distingue hasta una antigua ambulancia. Y eso que no es fácil identificarlos, ya que todos están completamente pintados con spray gris. Y tres de los coches están enterrados en el suelo, con una leyenda para futuros arqueólogos e historiadores, ya que un letrero indica que: “Aquí hay tres huesos automóviles”.
La verdad es que es una intervención completamente americanizada del yacimiento megalítico europeo. Y sin embargo, el lugar se está convirtiendo, como el original, en un punto de encuentro en ciertos momentos astronómicos. Sobre todo cada solsticio de verano, e incluso cuando hay eclipses de sol, ya que entonces se han llegado a concentrar miles de personas en torno a Carhenge.