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Monumento de Stonehenge

Publicado por A. Cerra
Stonehenge

Stonehenge

Seguramente Stonehenge sea el monumento megalítico más famoso del mundo y hasta él llegan todos los días miles de viajeros, sobre todo al atardecer, ya que se trata de un lugar muy accesible en el condado de Wiltshire y tan solo 15 kilómetros de la ciudad de Salisbury, donde se encuentra su famosa Catedral gótica.

Desde luego, el lugar en plena campiña del sur de Inglaterra es visitado por la belleza del monumento, pero también por los muchos misterios que lo rodean. Sobre todo en cuanto a su uso. Hay muchas teóricas en cuanto a ello, algunas realmente rocambolescas e inverosímiles. Sin embargo, hay otras que son posibles y que han de ser los vestigios arqueológicos quiénes las confirmen.

De hecho, los últimos hallazgos en Stonehenge parecen indicar que el lugar se relacionó con cultos funerarios de cremación. No obstante, eso no es impedimento para que también cumpliera otras funciones como templo, lugar de peregrinación u observatorio astronómico. Es decir, que se trata de un lugar antiquísimo que tiene vínculos con las creencias, las ciencias, la historia y por supuesto el arte, que es lo que aquí nos interesa.

Stonehenge se ha datado comparándolo sus características con las de otros lugares prehistóricos de Gran Bretaña. Así casi todos los historiadores lo datan entre el 2.500 y el 2.000 antes de Cristo. Sería entonces cuando se construyó este lugar formado por unos círculos concéntricos de piedras. Unos bloques de arenisca dispuestos en posición vertical, y unidos por parejas mediante otro bloque en disposición horizontal, como si fuera un dintel. Estas piedras horizontales “solo” pesan unas 7 toneladas. Pero las verticales pueden alcanzar las 25. Es lo que en el arte prehistórico se denomina como monumento megalítico de tipo cromlech.

Stonehenge. Vista aérea

Stonehenge. Vista aérea

Pero la gran pregunta es: ¿cómo colocaron esas enormes piedras los hombres del Neolítico? Y sobre todo, ¿cómo las trajeron hasta aquí?, ya que son originarias de una cantera situada a unos 30 kilómetros. Si bien, en el yacimiento hay otras rocas más pequeñas de arenisca azul, traídas desde mucho más lejos, desde País de Gales a cientos de kilómetros.

Y no acaban aquí los misterios. Los arqueólogos han descubierto muy cerca los restos de otro lugar semejante, pero que sería a una escala mucho mayor. Se llama Woodhenge. Curiosamente, a Stonehenge se le presupone un valor como observatorio astronómico porque por aquí sale con precisión el sol durante el día de solsticio de verano. Pues bien, ese mismo día el astro rey se oculta con esa idéntica precisión por Woodhenge.

Si a eso le sumamos que los arqueólogos también han hallado en las inmediaciones los restos de un poblado neolítico llamado de la mil casas, pero que no se trata de una población fija, sino que tendría una ocupación puntual solo durante unos cuantos días al año. Lo cierto es que se van dando más claves para resolver los misterios de este monumento, al mismo tiempo que se van generando nuevos enigmas.