Una y tres sillas de Joseph Kosuth
En 1970, en el MoMA, el Museo of Modern Art de Nueva York, Joseph Kosuth realizó una muestra como artista con su obra Una y tres sillas, pero también actuó como comisario de “información”. Y eso permitió a este creador conceptual no presentar el arte como una fuente estética, sino como fuente de información.
Ya había jugado previamente con esta idea, con obras como Titulado. Así como antes ese concepto informativo del arte lo había plasmado en obras con luces de neón como Four Colors, Four Words.
Según sus propias palabras, Una y tres sillas deja claro que “la expresión está en la idea, no en la forma. La forma solo es un mecanismo al servicio de la idea. Eso significa la representación de esta silla por triplicado. En la posición central está el objeto en sí, a la izquierda hay una foto a escala 1:1 de la misma, mientras que a la derecha hay otra foto, pero en este caso de la descripción enciclopédica de la palabra silla. Con todo nos invita a reflexionar sobre el concepto de silla, y si en realidad es lo mismo su materialización, su imagen y su descripción.
Se nos plantean dos preguntas. Una sería: ¿qué es una silla? Pero también Joseph Kosuth quiere que el espectador piense sobre: ¿cómo hemos llegado a considerarla como tal? Y yendo más allá, este artista conceptual también está haciendo una reflexión sobre el arte, ya que muestra el debate que puede haber sobre cómo los espectadores construyen la idea de objeto artístico y cultural, si lo hacen a través del lenguaje y el significado de las palabras, o bien a través de la estética, la belleza y el estilo.
En definitiva, como cualquier obra de arte conceptual, lo cierto es que solo comienza a tener sentido cuando su autor empieza a proporcionar pistas sobre el pensamiento o las dudas que nos quiere trasladar, ya que se trata de un tipo de arte que invierte los patrones, y busca más la reflexión que el deleite, se “ve” más con la mente que con los sentidos. Está muy lejos de las definiciones tradicionales de lo que es el arte, pero al mismo tiempo es una evolución lógica e interesante. Más aún cuando la desarrollan personajes tan interesantes como este estadounidense nacido en 1945 y que todavía vive y permanece activo. Un creador que recibió su pertinente y más tradicional formación artística, pero que también ha realizado estudios de antropología y filosofía, especialmente en este último campo, donde se considera un seguidor de Ludwig Wittgenstein, uno de los pensadores más influyentes sobre cuestiones del lenguaje.