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Arena de Verona

Publicado por A. Cerra
Arena de Verona

Arena de Verona

En la ciudad italiana de Verona, en la región del Veneto, al norte del país trasalpino, se concentran infinidad de vestigios arqueológicos de época romana. De hecho, está considerado como el segundo lugar de Italia, tras la capital, donde es posible ver más restos de la civilización romana. Y algunos de estos vestigios son tan fastuosos como su Anfiteatro, conocido como la Arena de Verona.

En realidad, es el tercer anfiteatro más grande que se conserva, ya que ocupa una enorme elipse de unos 110 x 150 metros, toda ella construida a partir de 72 arcos. Se trata de una obra que se levantó hacia los años 30 del siglo I de nuestra Era. Por lo tanto es un recinto que pronto cumplirá dos mil años de antigüedad, y sin embargo hoy en día permanece en uso como espacio cultural y para la celebración de espectáculos, a diferencia de otros grandes anfiteatros contemporáneos como el Coliseo de Roma.

Evidentemente su aspecto ha ido cambiando con el paso de la historia. De hecho, ha sufrido expolios y también terremotos que le afectaron. Especialmente uno en el siglo XII que hizo que se dañara gran parte de su anillo. Además durante mucho tiempo, mientras estuvo en un estado de abandono, sobre todo a lo largo de la Edad Media, se convirtió en una excelente cantera de piedra para la construcción de otros edificios en Verona.

De hecho, en origen el anfiteatro estuvo recubierto íntegramente por piedra caliza de color blanco y rosado, típica de esta zona del Véneto. Sin embargo, los sillares mejor escuadrados se pueden encontrar en otros edificios veroneses, a veces de forma íntegra y en otras, modificados para nuevas construcciones.

Pero pese a ello, la Arena de Verona está en un estado de conservación sumamente bueno, ya que durante siglos en muchas ocasiones se realizaron relevantes trabajos de mantenimiento, porque ya desde la época del Renacimiento se intentó mantener el monumento en buen estado y que pudiera recuperar su función original como lugar para la celebración de espectáculos. En este sentido, no es el único ejemplo, ya que hay otros anfiteatros que en el siglo XXI siguen siendo espacios de uso, como los anfiteatros romanos de Nimes o de Arlés, en Francia, que en la actualidad se han convertido en plazas de toros. O en España, donde el teatro romano de Mérida, Emerita Augusta en latín, se sigue empleando como escenario para las representaciones de teatro clásico. Mientras que otros como el teatro romano de Caesaraugusta, Zaragoza, se han reconvertido en modernos museos.

La gran diferencia con la Arena de Verona, es que este anfiteatro posee un acústica excelente, por eso es el lugar para la celebración anual de un festival de ópera famoso en todo el mundo.