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Arena de Nimes

Publicado por A. Cerra

Anfiteatro de Nimes

La Arena de Nimes es ni más ni menos que el anfiteatro de época romana mejor conservado. Y la verdad es que en esta ciudad del sur de Francia abundan los monumentos de sus tiempos como colonia de Roma, ya que aquí también se mantiene en pie el templo conocido como la Maison Carrée, o la Torre Magna o restos de las murallas romanas, construidas casi a la inmediata llegada de las tropas imperiales en el siglo I antes de Cristo.

No obstante, de todo ese patrimonio seguramente el más impresionante sea la Arena, un anfiteatro que se ha mantenido hasta la actualidad en uso como plaza de toros. Algo que también ocurre el Anfiteatro de Arlés, igualmente ubicada en el sur del territorio galo.

Repetimos que la Arena de Nimes es el mejor conservado. No es el más grande, ya que susdimensiones de 133 metros de largo por 100 de ancho, o sus 21 metros de altura en la fachada, están lejos del tamaño del Coliseo de Roma o de la Arena de Verona. Pero comparado con otros edificios similares de las colonias romanas, como es el caso del Anfiteatro de Itálica, lo cierto es que el estado actual del de Nimes es espectacular.

Se construyó alrededor del año 100 y a él acudían hasta 24.000 espectadores en su momento de mayor apogeo (hoy en día su capacidad es de 16.000 personas). Por aquel entonces aquí luchaban los gladiadores, a veces entre ellos, y en ocasiones contra fieras salvajes. Tras eso, ya en tiempos visigodos pasó a ser una fortaleza, e incluso durante la Edad Media comenzó a vivir gente aquí dentro. De hecho se sabe que mucho después, en el siglo XVIII aquí vivían unas 700 personas.

Y finalmente avanzado el siglo XIX fue cuando se restauró en profundidad y se acondicionó para su uso principal en la actualidad: la celebración de festejos taurinos, aunque también tienen lugar otros eventos culturales. Y por supuesto, en él se hacen visitas turísticas.

De este modo se puede admirar desde el interior su perfecta forma ovalada, emblemática de los coliseos romanos. De hecho, este tipo de construcciones no tenía precedentes antes de la civilización latina, la cual hizo que el teatro semicircular heredado de los griegos y también el estadio, igualmente de origen heleno, evolucionaran hacia estos anfiteatros de planta ovalada. Unos recintos ideales para el tipo de espectáculos de lucha que ellos pusieron de moda y que fueron todo un éxito, no solo en Roma, sino en todos sus territorios conquistados y colonizados.