Capilla de San Lorenzo de Florencia
Esta obra arquitectónica en la ciudad italiana de Florencia la construyó el arquitecto, y también escultor, Filippo Brunelleschi. La obra se dilató durante diez años, los que fueron de 1420 a 1429.
Durante el primer año hace la Sacristía Vieja ideada con una cúpula semiesférica sobre pechinas. Los miembros arquitectónicos se ven precisados con arcos de trazado puro y pilastras angulares para soportar dinteles que remarcan las líneas horizontales. Y también los elementos menores como marcos de puertas o las ventanas se van insertando rigurosamente en la composición, en la que introduce la escala humana, repitiendo de forma constante motivos análogos a los elementos principales.
De hecho, para conseguir la armonía en todo el conjunto ha introducido el módulo, una base numérica que va repitiendo o multiplicando para que todo dé esa idea y sensación de armonía.
Y otro punto importante, es su pasión por el arte romano, el cual había conocido con intensidad tras su viaje a la capital italiana acompañados por el escultor Donatello. Si bien, Brunelleschi, apasionado por el arte romano, nunca lo usó con criterios arqueológicos y sí analizando las soluciones constructivas y ornamentales ya halladas siglos atrás.
La iglesia en sí, es un templo de tres naves con un largo transepto y con la cabecera plana. Toda ella techada con techumbre de madera, algo que remite a la influencia de la arquitectura paleocristiana, aunque en la intersección entre las naves y el crucero se levanta una enorme cúpula.
La influencia romana se ve en que el espacio está claramente delimitado, es uniforme y rige un claro orden, características que lo enfrentan al típico alargamiento, las habituales fracciones espaciales y el entremezclamiento de formas constantes en la arquitectura gótica precedente. Además del uso de elementos como columnas corintias, pilastras en los extremos o el dintel horizontal continuo que sirve de apoyo a las ventanas.
Todo el edificio es plenamente renacentista. En él se subraya la idea de una articulación en perspectiva desde los principios de proporción y los ritmos clásicos. A este ritmo y perspectiva ayuda el empleo del bicromatismo.
Al visitar la iglesia, se nos ofrece todo su espacio interno de una sola vez, conduciendo todos los elementos a una perspectiva dirigida hacia el altar mayor.
En la misma ciudad de Florencia se encuentra la iglesia de Santo Spirito, obra posterior del propio Brunelleschi, con la cual tiene mucha relación. Al igual que en Florencia hay otra cúpula, más grande y espectacular que la de San Lorenzo, la cúpula de la catedral de Santa María de las Flores, una obra que llevó a cabo en paralelo a las obras que desarrollaba en la Capilla de san Lorenzo.