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Castillo de Beauregard

Publicado por A. Cerra

Château de Beauregard

Ya hemos hablado en otras ocasiones del conjunto de Castillos del Loira en el centro de Francia y que son un excelente ejemplo de la arquitectura palaciega renacentista y barroca en Europa. Os hemos hablando de los castillos de Chenonceau, de Sully sur Loire o el de Chambord. Y hoy queremos presentaros en el Castillo de Beauregard.

Como ocurre en otros casos, esta construcción es fruto de una larga evolución a lo largo de décadas y siglos, además de la presencia de diversos dueños, cada uno con sus caprichos estéticos.

Inicialmente hubo aquí un pequeño pabellón de caza que usaba el rey Francisco I, quien pasó mucho tiempo en esta región. Pero posteriormente, el secretario de Estado del rey Enrique II, compraría el lugar en 1545. Era Jean du Thiers, el cual diseñó arquitectónicamente esta construcción.

Sin embargo, todavía falta un personaje clave para comprender su evolución estilística, ahora ya en sus estancias internas. El Castillo de Beauregard lo compró a comienzos del siglo XVII, Paul Arde, que por supuesto también era ministro de la monarquía. De hecho trabajó para ella durante toda su vida. Y él comenzó a encargar la galería de retratos reales que todavía se visita en el castillo. Él y sus descendientes continuaron esa galería con más de 300 retratos que muestra todos los reyes de Francia entre 1.328 y 1.643.

Pero además de por todo ello, el Castilllo de Beauregard es interesante para la historia del arte por sus jardines. Fue un ejemplo de cómo los jardines franceses comenzaron a diseñarse a la inglesa (à l’anglaise). Un tipo de jardín menos organizado que el francés, y que tiene un aspecto más boscoso y asalvajado, y donde no falta el agua.

Es cierto que este jardín inglés se hizo ya a partir del siglo XIX, ya que antes había uno que seguía las normas más del barroco. Pero fue toda una novedad esta influencia. Y no solo eso, sino que ya a finales del siglo XX se aprovechó otra zona de las 40 hectáreas existentes de jardín, para diseñar unos espacios más contemporáneos, donde todo gira en torno al colorido de las agrupaciones de plantas.

Es decir, que en este lugar podemos ver una evolución arquitectónica y en el diseño de interiores, pero sobre todo vemos como los conceptos paisajistas han ido cambiando con el tiempo, y se van sumando unos a otros, ya que este tipo disciplina, al contrario que otras artes, trabaja con elementos vivos y cambiantes.