Arte
Inicio Arquitectura Castillo de Matsumoto

Castillo de Matsumoto

Publicado por A. Cerra

Castillo de Matsumoto

Una de las fortalezas históricas de Japón, el castillo de Himeji se conoce como “la grulla blanca” debido a su color exterior. Pues bien, el protagonista de nuestro post de hoy, el Castillo de Matsumoto, otro de los más antiguos del país nipón, tiene el sobrenombre de “castillo del cuervo” debido a su tono negro.

El Castillo de Matsumoto se encuentra en la ciudad del mismo nombre, ubicada en la prefectura de Nagano. De él sabemos incluso quién lo construyó, el poderoso gobernante Toyotomi Hideyoshi, quien mandó levantar esta fortaleza entre los años 1594 y 1597. Fue en esa época cuando se construyó su parte central, la torre principal y una menor al lado norte, ya que las otras dos más pequeñas son posteriores, del siglo XVII.

La torre principal o Tenshu alcanza la considerable altura de 30 metros, gracias a sus seis plantas y su base sobre un grueso basamento de piedra. En ella se disponía todo el destacamento militar, con sus almacenes tanto para comida y para armamento. Sobre todo en las plantas bajas, diseñadas para una fácil defensa. Mientras que en la más alta estaría el señor feudal, y en la quinta una especie de sala destinada a las reuniones del estado mayor en caso de ataque.

Todo en el diseño de la torre tiene una función militar respecto a las tácticas de la época. Desde la disposición de las estancias para facilitar los desplazamientos por su interior, hasta las pendientes de las escaleras que unen cada planta. Y por supuesto también las diferentes ventanas, repisas y aberturas en los muros, que en cada caso son ideales para usar unas armas u otras, es decir, armas de fuego, arcos o incluso lanzar piedras. Y es que hay que tener en cuenta que cuando se construyó este castillo en Matsumoto, era un periodo muy convulso y guerrero entre los diferentes señores feudales que campaban a lo largo y ancho del territorio japonés.

Esta torre se conecta con un pasillo con otra menor al norte, llamada Inui-kotenshu. En este caso es una torre de cuatro plantas, aunque desde fuera nos parezcan tres. En esta ocasión las distintas plantas se van sosteniendo a base de unos pilares de base circular, mientras que en la Tenshu son de base cuadrada.

El interior de ambas torres, así como del resto está todo íntegramente construido en madera. La piedra únicamente se halla en la base de la edificación, donde además hay un amplio foso de agua.

Lo cierto es que desde fuera, la apariencia del conjunto es imponente, con ese colorido negro de paredes y tejas que se alternan con partes de muro blanco, consiguiendo así una bella armonía. Algo que seguramente se incluyó ya a partir del siglo XVII, cuando los castillos como este perdieron en gran parte su función militar y se usaron más para plasmar el poder y todo el aparato de las clases gobernantes. En definitiva, estamos ante uno de los cuatro castillos japoneses originales, junto al mencionado de Himeji, y los de Hikone e Inuyama.