La Farnesina de Peruzzi
Esta construcción situada en la ciudad de Roma es obra del arquitecto italiano Baltasar Peruzzi, quién la realizó a inicios del siglo XVI, concretamente entre 1509 y 1511.
El arquitecto recibió el encargo de la acuadalada familia de los Chigi, si bien posteriormente la casona fue adquirida por otra familia igualmente o más rica, los Farnesio, de ahí la denominación con la que se conoce este edificio renacentista.
Se trata de una villa de recreo, que tan solo se pensaba utilizar para pasar cortas temporadas, ya que su situación a las afueras de la Roma de la época la convertía en un refugio ideal para sus propietarios, y así alejarse del bullicio de la gran ciudad, por aquel entonces una de las más importantes del mundo occidental.
La villa tiene una planta en forma de U, por lo tanto no se hace necesario que posea cortile central o patio. En cambio, gran parte de ese protagonismo la propia construcción se lo cede a los jardines de la villa.
El edificio en sí consta de dos pisos y también entrepisos, que básicamente eran empleados por el personal de servicio.
La contemplación de la construcción transmite inmediatamente sencillez, algo que se consigue gracias a un diseño basado en las líneas rectas muy sobrias, y al uso de elementos constructivos y ornamentales sumamente sencillos, y también dominados por la línea recta. De hecho, el mayor aporte decorativo se concentra en el alero de la parte superior.
En cuanto al interior de la villa, tiene un carácter muy abierto, teniendo muy en cuenta la relación del edificio con su entorno, especialmente con el río Tíber y sus orillas situadas en un lateral de villa de La Farnesina. Un entorno al que pocas décadas después se le sumó la presencia del imponente Palacio Farnesio, una obra que comenzó el arquitecto Antonio Sangallo el Joven en el año 1517 y que concluyó Miguel Ángel Buonarroti más allá del 1550.
Lo cierto es que la concepción de Peruzzi para este tipo de construcciones de recreo de las familias más poderosas y ricas, no tiene excesivos elementos innovadores arquitectónicamente hablando. De hecho, la tipología en U ya había aparecido a principios del Cinquecento y esta planta palaciega se mantuvo para este tipo de construcciones hasta bien iniciado el siglo XVII, con ejemplos esplendorosos como Villa Borghese (1613 – 1615) también ubicada en Roma, o Villa Mondragone en Frascati, aproximadamente contemporánea a la anterior, y ambas obra del arquitecto Vasanzio. Y sin duda esa planta en U, además de muy repetida, fue una importante influencia posteriormente, cuando Carlo Maderno, el gran arquitecto de inicios del Barroco, dobló en planta esa U y la transformó en una H para su construcción del Palacio Barberini, una de las más emblemáticas construcciones barrocas de carácter civil y palaciego.