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Neue Wache de Berlín

Publicado por A. Cerra

La Neue Wache

Este edificio es una de las muchas muestras de la arquitectura neoclásica que hay dispersas por la ciudad de Berlín. Muchos de esos edificios, como el propio Neue Wache que hoy nos ocupa, o el Museo Antiguo y el Teatro Nacional son obra del arquitecto Karl Friedrich Schinkel. En este caso se trata de una edificio levantado entre los años 1816 y 1818, y desde el principio se concibió con la idea de ser un monumento conmemorativo de las soldados muertos durante las guerras que se libraron con la Francia napoleónica. Y además de eso, hasta 1918, o sea la Gran Guerra o Primera Guerra Mundial, aquí también estuvo la sede de la Guardia Real. Al fin y al cabo Neue Wache, lo podemos traducir como “Nueva Guardia”.

Precisamente, años después del fin de la Primera Guerra Mundial, en 1931 se incorporó un memorial a las víctimas de ese cruento conflicto. Pero en la siguiente Guerra Mundial, la Segunda, aquello se perdió, ya que la Neue Wache quedó casi destrozada debido a los constantes bombardeos que sufrió Berlín por parte de los aviones del bloque aliado.

No obstante, en 1960 las autoridades de la entonces República Democrática de Alemania, casi al mismo tiempo que levantaba el Muro de Berlín, hacían restaurar este monumento y lo consagraban a honrar “las víctimas del fascismo y el militarismo”, y ese homenaje consistía en un pebetero donde de forma continua permanecía prendida una llama.

Obviamente tras la unificación de Alemania, se le dio otro tono al recinto y se convirtió en el Monumento conmemorativo por las víctimas de la guerra y la tiranía. Y como símbolo de ello, en el corazón del edificio aparece colocada una escultura de Käthe Kollwitz, titulada Madre con hijo muerto. Un grupo escultórico que es una especie de representación de una Piedad, eso sí de carácter laico y cuyo propósito es la plasmación del dolor universal.

Madre con hijo muerto de Käthe Kollwitz

Un hecho diferenciador de este monumento por los caídos, es que aquí se honra tanto a militares muertos en el campo de batalla como a civiles. Si bien, se excluye de la conmemoración a todas aquellas personas que esté comprobado que participaron de forma activa y consciente en crímenes de guerra y contra la humanidad.

De alguna forma, si bien en el concepto decimonónico del edificio había un espíritu militarista, tras su transformación, su cambio de nombre y la inclusión de la escultura de Kollwitz con todo el dolor que representa, la Neue Wache se ha convertido en un monumento de tono pacifista. Un proceso comprensible en Alemania, con una historia tan convulsa, bélica y enfrentada durante el siglo XX.