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Palacio de Bukoleon en Estambul

Publicado por A. Cerra

Palacio de Bukoleon

La actual ciudad turca de Estambul ha recibido diversos nombres a lo largo de su dilatada historia. Por ejemplo, fue la Constantinopla desde la que se gobernaba el extenso imperio Otomano. Y mucho antes fue la ciudad de Bizancio, heredera oriental de la Roma imperial. Por eso su patrimonio histórico y artístico es ingente. Sin embargo, de aquella época bizantina es posiblemente del momento que menos restos han llegado y en peor estado. Obviamente si no se tiene en cuanta la impresionante Basílica de Santa Sofía que ha llegado hasta nuestros días reconvertida en mezquita. Aunque eso no oculta que gran parte de la arquitectura bizantina de Estambul hoy en día sean restos arqueológicos, como es el caso de los vestigios del Palacio de Bukoleon.

Este palacio de Bukoleon se construiría junto al mar de Mármara, aunque hoy se vea alejado al ser una zona que se ha ido rellenando de tierra para ganar superficie. Se estima que surgiría en tiempos de los emperadores Justiniano I y II, o sea, entre los siglos VI y VII. De hecho durante el periodo del imperio Bizantino, llegaría a ser una mansión imperial bastante importante, sobre todo debido a su doble condición de residencia y también de puerto marítimo. Y además también se tiene constancia que fue ampliado en sucesivas ocasiones a lo largo de los siglos IX y X.

Y si bien su historia arranca en época bizantina, la magnificencia del edificio era tal que posteriormente siguió siendo una residencia para mandatarios hasta el siglo XIII. Además estaba ubicada en un enclave perfecto. No solo cerca del mar, también junto al Hipódromo y también en el área que luego sería el Gran Palacio de Constantinopla.

Las excavaciones arqueológicas pueden acreditar su importancia, ya que aquí se han encontrado buenas estatuas o mosaicos que hoy se guardan en otros museos de la ciudad turca. Pero en cuanto a su arquitectura, actualmente está en un estado bastante parcial.

Las crónicas cuentan que todo el conjunto ya era casi una ruina cuando las tropas otomanas a las órdenes del sultán Mehmed II entraron en Constantinopla. No obstante la gran tragedia para el palacio de Bukoleon llegó a finales del siglo XIX, cuando se derribó parcialmente para que por ahí pasara una importante línea férrea que uniera Estambul con otros lugares de Europa.

El resultado de aquello y de posteriores demoliciones es que solo queda una parte de su fachada en el lado del mar donde se distinguen las grandes ventanas cuadradas prototípicas de las construcciones bizantinas. Evidentemente, demasiado poco para una residencia imperial que debió ser impresionante en su momento.