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Palacio Real de Caserta

Publicado por A. Cerra

Escalera de honor del Palacio Real de Caserta

Esta es una de las obras más inmensas que se construyeron durante los años finales del Barroco en Italia, un estilo que en el país perduró durante prácticamente todo el siglo XVIII. De hecho el Palacio Real de Caserta se comenzó a construir por el arquitecto y pintor Luigi Vanvitelli, pero a su muerte en el año 1773 no se había acabado, así que lo concluyó su hijo Carlo.

El resultado es una construcción fastuosa compuesta con una sucesión de edificaciones distintas que se unen mediante varios patios internos y que con sus cinco pisos de altura alcanzan los 36 metros de altura.

Todos los datos que se aporten sobre esta construcción son impresionantes. Por ejemplo, en su construcción se incluyó la creación de un acueducto que abasteciera de agua al complejo, y es que no hay que olvidar que Luigi Vanvitelli fue un personaje que desarrolló su tarea en múltiples disciplinas, y una de ellas también fue la ingeniería.

En total es un edificio con una fachada que alcanza casi los 250 metros de largo, y en su interior hay que 47.000 metros cuadrados habitables distribuidos en unas 1.200 estancias.

Arquitectónicamente hay que destacar sus vestíbulos principales, tanto el inferior como el superior, así como también llama la atención la gran escalinata de honor.

Como nos podemos imaginar al tratarse de un palacio real, perteneciente a la familia Borbón que durante años gobernó Nápoles y su entorno, estamos ante una construcción de lo más ostentosa, con un gran derroche de lujo en cualquiera de sus decoraciones y mobiliario. No obstante, lo mejor quizás sea pasearse por los jardines la rodean, y así admirar en todo su esplendor sus volúmenes arquitectónicos.

Esos magníficos jardines se prolongan durante varios kilómetros, y en ellos hay numerosas fuentes y grupos escultóricos. Entre ellos la llamada Gran Cascada, cuyo abastecimiento de agua llega directamente desde el citado acueducto, llamado Acueducto Carolino, el cual además genera una interesante perspectiva hacia la fachada palaciega.

En definitiva, el Palacio Real de Caserta es una obra plenamente de su tiempo, de una aristocracia y una monarquía que buscaba permanentemente el deleite en todo lo que hacía. Algo que marcó el reinado de Carlos de Borbón en Nápoles, el impulsor de este maravilloso palacio. Que sin embargo no vio concluido, y que no pudo seguir sus obras tanto como le hubiera gustado, ya que este monarca a partir del año 1759 asumió el trono de España, y allí se trasladó para convertirse en Carlos III.

Pero desde luego también sus años en España fueron especialmente fecundos, ya que se le considera como el introductor de la Ilustración en el país y su reinado todavía es recordado, sobre todo en Madrir. Una ciudad a la que legó obras como la Puerta de Alcalá, y a la que trasladó artistas italianos como Francesco Sabatini, quien hizo grandes obras en la capital española, entre ellos su intervención en el Palacio Real madrileño.