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Pont del Diable de Tarragona

Publicado por A. Cerra

Pont del Diable de Tarragona

La arquitectura romana, o mejor dicho, la ingeniería romana sin duda es uno de los periodos constructivos más brillantes de todos los tiempos. Solo así se puede considerar una cultura que construyó infraestructuras repartidas por todo su imperio que todavía perduran dos milenios más tarde. Los ejemplos abundan, como el Puente de Gard en Francia, o el Acueducto de Segovia en España.

Precisamente hoy vamos a hablar de otro acueducto romano y también construido en la que fue su colonia de Hispania, es decir, España. Se trata del conocido como Pont del Diable o Acueducto de Les Ferreres en Tarragona.

En realidad, solo ha llegado un tramo de este acueducto que abastecía de agua a la ciudad, trayéndola desde un río que discurre a las afueras. Tarragona está al nivel del mar, a orillas del Mediterráneo. Y el agua se toma del río Francolí en un punto ubicado a casi 100 metros de altura. A partir de ahí se diseñó un acueducto de unos 25 kilómetros compuesto tanto por tramos aéreos como por canalizaciones.

De todo ello lo más espectacular es el Pont del Diable que alcanza un altura de 27 metros y se prolonga durante casi 220 metros, con 11 arcos en la parte inferior y 25 en la superior, sobre la que discurre el canal de agua, gracias a los 40 centímetros de desnivel que hay entre su punto más alto y el más bajo.

Una obra colosal realizada a partir de grandes bloques de piedra o sillares, los cuales están colocados en seco, es decir, sin argamasa alguna que los pegue entre sí. Parece casi un milagro que se mantenga en pie desde el siglo I, cuando fue construido en el periodo del emperador Augusto. Y además, tanto este tramo como el resto del acueducto se mantuvieron en uso hasta el siglo XVII. Una joya, y como tal la ha considerado la UNESCO que lo tiene catalogado como Patrimonio de la Humanidad.

Y en cuanto a sus denominaciones actuales, hay que decir que se conoce como Acueducto de Les Ferreres, debido a que está ubicado en una partida de terreno con ese topónimo. Y respecto a lo de Puente del Diablo, es algo bastante habitual en otros muchos puentes de España y de Europa, ya que suelen ser obras tan espectaculares que con el paso del tiempo solo se explican por la intervención de acontecimientos extraordinarios. Y en este caso la leyenda dice que al maestro de obras que lo estaba construyendo, cansado de varios fracasos, se le apareció Satanás y le ofreció la ayuda. Eso sí, a cambio dijo que se quedaría con la primera alma que bebiera el agua que pasara por este acueducto. Y resultó que quien primero bebió fue un asno.

Obviamente todo eso es leyenda, y el hecho es que los romanos lo construyeron con su indiscutible maestría para los trabajos de ingeniería.