Templo de Isis en Philae
El inmenso patrimonio del Antiguo Egipto se desarrolla prácticamente en torno al río Nilo. No obstante, el aspecto de este cauce inmenso ha variado mucho desde entonces. Sobre todo por la presencia de la gigantesca presa de Asuán, al sur de Egipto. La construcción de esta infraestructura doble, la alta y la baja, evitó las inundaciones anuales, pero supuso la creación de un inmenso lago que dejaba sumergida muchas tierras.
Un de ellas era la antigua isla de Philae, donde había un amplio conjunto de templos, entre los que destaca el dedicado a la diosa Isis, aunque había otros como el de Hathor o el conocido Quiosco de Trajano.
Por fortuna, todo ese patrimonio fue desmontado piedra a piedra y trasladado a otra isla donde no le amenazan las inundaciones. Es el islote de Agilkia, lugar en el que se reconstruyó todo el conjunto con un aspecto y orientación prácticamente idéntica al original.
Como decimos la edificación más importante es el Templo de Isis, uno de los principales de cuantos hay dedicados a esta diosa. La cual, según la religión del Antiguo Egipto, recogió el cuerpo de su esposo Osiris, quien había sido asesinado por su hermano Seth, que además lo había desmembrado y lo había repartido por todo el reino. Sin embargo, Isis se encargó de reunir todos sus restos y se dispuso a unirlos precisamente en la isla de Philae.
De ahí la importancia de esta isla para los ritos de esta diosa, a la cual se le rindió tributo incluso mucho después de que los faraones ejercieran su poder absoluto en el Egipto. La prueba es que estamos ante un tiempo del periodo Ptolemaico, es decir, coincidente con los tiempos helenísticos como otros templos “modernos” de Egipto, tal es el caso del Templo de Edfú.
Sin embargo, el culto en Philae se prolongó durante mucho tiempo después. De hecho hay relieves en los que se hicieron representar diversos emperadores romanos, como el propio Augusto, rindiendo así pleitesía a los dioses faraónicos. O ya hemos nombrado que una de las construcciones más distinguidas es el denominado Quiosco de Trajano.
Entre todas las decoraciones del templo y los rituales de Isis hay una última datada en el siglo VI, y en ella se lee que los monjes refuerzan la idea de que ahí siempre se adorara a esta divinidad. Sin embargo estaban equivocados, ya que pocas décadas más tarde, durante el reinado del Emperador Justiniano se declaro el Cristianismo como única religión en todos sus dominios, y se prohibió el culto a otros dioses. De hecho, el templo de Isis en Philae, llegó a transformarse en iglesia y con el paso de los siglos muchos de los rostros de los personajes y mitos antiguos fueron dañados intentando borrar su presencia. Aunque para desgracia de todos esos actos fundamentalistas, hoy seguimos honrando esas figuras, no desde un punto de vista religioso, pero sí como joyas históricas y artísticas.