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Vidrieras del Duomo de Siena

Publicado por A. Cerra

Vidrieras del Duomo de Siena

Uno de los más bellos edificios del gótico en Italia es el Duomo o Catedral de Siena. Pero además alberga en su interior infinidad de tesoros de esa época medieval. Por ejemplo, allí está el púlpito labrado en mármol del escultor Nicola Pisano. O está la maravillosa pintada sobre tabla de La Magiestá de Siena, una obra del artista Duccio Buoninsegna.

Este pintor es uno de los grandes referentes del siglo XIV con sus pinturas religiosas, en las que generalmente son presenta la imagen de vírgenes entronizadas como la que ya os hemos citado, o la delicadas Madonna Ruccellai. Pero tenemos más trabajos suyos además de las madonnas.

Y uno de ellos está en la propia Catedral de Siena en forma de vidrieras. En especial en las vidrieras que hay en el ábside del templo sienés.

Para estas vidrieras Duccio realizó el trabajo inicial que eran los dibujos en cartón de cada escena, para que les sirviera de base a la labor de los maestros vidrieros. Con eso ellos ya podían componer todo el conjunto, realizado a partir de vidrios con colores y sustentado por una estructura metálica. Tras esa fase Duccio volvió a intervenir, aplicando una capa de grisalla, que unifica los tonos en las imágenes. Y sin duda al ver esas escenas se descubren las características de su arte pictórico, ya que se trata de escenas de una plasticidad muy sólida. Y siempre cada elemento tiene una clara definición de sus volúmenes.

Por supuesto también aquí podemos ver uno de sus temas favoritos: la Virgen entronizada, que ocupa el centro de esta composición circular. Al fin y al cabo esta vidriera compuesta de 9 partes nos está contando la historia de la Virgen, desde su nacimiento hasta su muerte.

Si analizamos las imágenes de forma individualizada, se sabe que estamos ante una obra de Duccio. Al cual hoy le damos la categoría de uno de los más grandes artistas de la pintura gótica en Italia. Pero lo cierto es que en su momento, los artistas tenían muy clara la idea de que formaban parte de un todo, de un equipo que participaba por ejemplo en la creación de un templo como en este caso.

Tenían que trabajar estrechamente con otros artistas y artesanos, ya que todo estaba supeditado al resultado del conjunto. Por ejemplo, la realización de vidrieras no se tenía como un arte en sí, sino como una parte más de la obra arquitectónica. Pero la maravilla es que estos creadores sabían cómo generar obras tan intemporales como esta, en la que realmente es espectacular ver como los colores de los vidrios son atravesados por la luz para crear algo diferente, una obra radiante y hermosa que por ubicarse en el sitio donde se halla parece evocar las fuerzas divinas y sobrenaturales.