Colegio de San Gregorio de Valladolid
La segunda mitad del siglo XV y todo el siglo XVI van a ser unos años con una importantísima producción arquitectónica en España, debido a que es un momento de bonanza política y económica. Y durante todo ese periodo se va a desarrollar un estilo artístico propio del territorio hispano. Es el llamado estilo plateresco.
En él se dan cita diferentes influencias. Una de ellas es el recargamiento decorativo propio del Gótico florido. Otras influencias provienen de las obras renacentistas que por esos años se están construyendo en Francia o en Italia. Y a eso hay que sumarle las influencias locales que por un lado es el arte mudéjar y por otro el tradicional gusto por la orfebrería muy minuciosa. De hecho el nombre de plateresco se relaciona con esto, ya que evoca a las finas filigranas que hacían con plata y con oro los orfebres, a los cuales se les conocía popularmente como plateros.
Y desde luego basta observar el conjunto de esta fachada del Colegio de San Gregorio construida en Valladolid aproximadamente hacia el año 1495 para que nos recuerde a las joyas más delicadas que hacían esos plateros.
Toda esta monumental entrada está concebida como un grandioso soporte de un complejo programa iconográfico. Una composición cuyo significado es muy difícil de interpretar a nuestros ojos, incluso porque muchos detalles escultóricos no son visibles a simple vista, al estar ubicados en puntos difíciles de ver, lo que no era impedimento para que sus autores, entre ellos el gran Gil de Siloé, se recrearan hasta en los más mínimos detalles.
De hecho, Gil de Siloé, con sus obras en la Catedral de Burgos, o el sepulcro de Alfonso de Castilla también en Burgos, pero en la Cartuja de Miraflores, es uno de los máximos representantes del arte plateresco. Y se trata de un escultor que trabaja desde mediados del siglo XV, por lo que es más gótico que otra cosa. De ahí esa clara tendencia al horror vacui, o su curioso uso de los elementos propios del Renacimiento, ya que cuando los emplea nunca lo hace con una intención estructural, sino como parte del repertorio ornamental.
Si vemos el conjunto de la fachada, la verdad es que la podríamos entender como un gigantesco retablo del interior de un templo, pero en este caso está en el exterior y no se trata de una iglesia. Si bien es cierto que remarca claramente que es un edificio religioso, ya que se ensalza muy claramente a San Gregorio.
Al igual que tiene un importante protagonismo la realeza, representada por el escudo de los Reyes Católicos que hay en el centro de la composición. Y es que estos monarcas son en gran parte los impulsores del arte plateresco, ya que ellos promovieron muchas obras en diferentes partes del país, y sobre todo fueron los que culminaron la Reconquista y financiaron los viajes de Colón que acabarían trayendo tanta riqueza a España.