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Crucifijo de Cellini

Publicado por A. Cerra
Crucifijo de Cellini

Crucifijo de Cellini

Este Cristo crucificado se encuentra en la actualidad en el Monasterio de San Lorenzo del Escorial, en España, y es una obra labrada en mármol a tamaño natural por el escultor y orfebre italiano Benvenuto Cellini en el año 1562.

El autor realiza un trabajo íntegramente en mármol, ya que la figura de Jesucristo la realiza el mármol blanco, mientras que la cruz está hecha en mármol negro. De esta forma, Cellini se nos muestra como un grandísimo artista en cualquier material propio de la escultura o de la orfebrería, porque esta talla puede competir en maestría con el modelado en bronce que hizo para esculturas como su famoso Perseo situado en la Loggia dei Lanzi de Florencia, o su trabajo con materiales preciosos para piezas de joyería como el Salero que creó para el rey Francisco I de Francia.

Esta obra, creada en pleno fervor religioso del artista, la ejecutó para que fuera colocada sobre su propio sepulcro, sin embargo finalmente se la vendió al duque Cosimo I de Medicis. Cuyo hijo, años más tarde se la regalaría al piadoso rey español Felipe II. Por esa razón, en la actualidad se encuentra en España, y concretamente en el Escorial.

Sin duda, la obra no pudo haber acabado en un recinto más cargado de religiosidad, a veces excesivamente piadosa y recatada, porque lo cierto es que Cellini concibió esta figura como un desnudo integral, sin embargo en el monasterio español la beatería acabó por colocarle un trapo sobre sus órganos genitales.

Desde luego, a primera vista llama la atención ese paño, porque en esta figura Cellini se nos muestra como un gran maestro, realizando una interpretación anatómica excepcional, y el tratamiento del rostro también es personalísimo. Es decir, estamos ante una obra de finales del Renacimiento, pleno Manierismo y comienzos del arte Barroco de una calidad indudable, donde todo se basa en el genio de Cellini y su virtuosismo técnico.

La obra no solo es curiosa dentro de la producción de Cellini por estar realizada en mármol, también lo es por la temática. Ya hemos dicho, que la realizó en una fase de su vida en la que se sintió tremendamente atraído por la religión, e incluso barajó la posibilidad de hacerse monje. Él, cuya biografía está repleto de episodios violentos y pendencieros.

No obstante, su carácter fuerte, indomable y egocéntrico no dejó de manifestarse ni en estos momentos de fervor religioso, ya que si nos fijamos, no puso al Cristo la aureola que era tradicional en su tiempo.