El Doríforo de Policleto
Escultura en mármol del tercer cuarto del siglo V antes de Cristo
El escultor griego Policleto, además de artista fue todo un intelectual, sobre todo muy aficionado a las matemáticas. De hecho acometía sus esculturas a partir de cálculos numéricos para establecer las más bellas proporciones del cuerpo humano.
Fue a partir de sus cálculos con lo que se estableció el canon clásico de belleza y esta escultura es su máxima expresión. De alguna manera el Doríforo, cuya traducción al español sería Joven con lanza, se convirtió en un modelo a seguir para representar a los hombres. Si bien, con el paso del tiempo los críticos tildaron a la escultura de excesivamente perfecta y mecánica, y por lo tanto más bien fría.
Sin embargo, en su tiempo se convirtió en un símbolo de belleza y proporción, basándose en que el ideal del hombre era que su estatura fuera siete veces la altura de la cabeza. Y así se representaron muchas de las esculturas de la Grecia clásica.
Sobre todo la figura transmite equilibrio, a lo que ayudan todos los elementos de la escultura. Empezando por su postura. Todo el peso del joven descansa sobre su pierna derecha, mientras que la izquierda se atrasa un poco apoyándose en los dedos del pie. Para mantener el equilibrio el brazo derecho cuelga y el izquierdo se alza doblado ya que aguantaría la lanza apoyada sobre el hombro. Aunque la lanza se ha perdido con el paso de los siglos, porque no sería de mármol sino un lanza real.
De hecho, ni siquiera el Doríforo original ha llegado hasta nuestros días, porque Policleto lo realizaría en bronce, y al poco tiempo se hizo esta copia en mármol que se conserva en el Museo de Nápoles. No es nada extraño que esculturas de la época griega se realizarán en bronce y una vez acabadas se copiaran en mármol. Con el paso de los años, las esculturas en bronce han ido desapareciendo ya que se solían refundir para aprovechar ese valioso material, en ocasiones para hacer otras obras de arte pero también para hacer armamento.
Un caso semejante ocurrió con el bronce de otra escultura de Policleto, en concreto la que representa al Diadúmeno, que conocemos por una copia contemporánea en mármol, y que como el Doríforo también nos presenta a un joven desnudo y atlético. En realidad, esta temática fue muy habitual en la Atenas del siglo V a. C., ya que los deportistas que participaban en las competiciones olímpicas se convertían en verdaderas personalidades, y no era nada raro que se hicieran bustos, esculturas y pinturas sobre ellos.
En definitiva, Policleto ha pasado a la historia junto a Fidias y Mirón con el tercero de la triada de los escultores más afamados y prestigiosos de la Atenas más esplendorosa, donde se comenzaron a poner los cimientos de la civilización occidental allá por el siglo V antes de nuestra Era. El Doríforo y el Diadúmeno de Policleto, los relieves y esculturas en el Partenón de Fidias y el Discóbolo de Mirón se han convertido en todo un referente para la cultura universal y están considerados como la base para movimientos artísticos muy posteriores como el Renacimiento del siglo XVI o el Neoclasicismo del siglo XIX.