Gran Esfinge de Gizeh
En la misma explanada de las famosas Pirámides de Gizeh se halla la Gran Esfinge. De hecho está colosal figura de alguna forma da la bienvenida al conjunto de monumentos más emblemáticos del Antiguo Egipto, y todo ello fue construido durante la misma época. Es decir en tiempos de la Dinastía IV, para algunos durante el reinado del propio Keops, cuya pirámide es la mayor de todas. Si bien parece más extendida la teoría de que la mandaría levantar su sucesor Kefrén, quién daría rostro a este cuerpo de león con cabeza humana. Un tipo de representación que simboliza al mismo tiempo fuerza y sabiduría, y que fue muy común en Egipto, con otras figuras como la famosa Esfinge de Sesostris III, sino también en otras culturas como la persa o la griega. De hecho, el propio nombre de esfinge es de origen griego.
Desde tiempo inmemorial, la fuerza y poderío de un león se había relacionado con los faraones en Egipto. Pero cuando se transforman en esfinge, toda su fuerza física queda dominada por el poder de la inteligencia del gobernante. En definitiva que en el Antiguo Egipto fue una representación bastante habitual de la realeza, si bien en ningún caso tan espectacular como la Gran Esfinge de Gizeh.
Se trata de una escultura gigantesca de hasta 70 metros de longitud contando las patas de ese majestuoso cuerpo de león. Mientras que en su pose alcanza una altura de 20 metros. Una pose de vigilancia que muchas veces se ha relacionado con que Kefrén la hizo levantar para que vigilara su tumba.
Hay que imaginar este fantástico monumento completamente pintado. Una pintura que se ha perdido con el paso de los milenios, ya que la construcción puede tener unos 4.500 años. Y también es fruto del paso del tiempo el desgaste de su rostro y en particular de la nariz. Porque aunque se ha dicho que la perdió tras un cañonazo de las tropas de Napoleón. Si bien es cierto que hay algún dibujo anterior a esos años en los que ya se ve su nariz deformada.
No obstante hay que decir que la cabeza de la esfinge ha resistido muy bien el paso de siglos y siglos de erosión y viento. Algo que se debe a la dureza de la piedra con que se realizó. Mucho más resistente que el material empleado para su cuerpo. Aunque también es verdad que el cuerpo ha estado mucho más protegido, ya que ha permanecido muchísimos años cubierto por la arena del desierto de esta área de Egipto.