La noche de Maillol
El artista francés Aristide Maillol realizó a lo largo de su vida diversas esculturas de carácter monumental y figurativo. De alguna de ellas ya os hemos hablado aquí, como es el caso de La Mediterránea que se encuentra en los Jardines de las Tullerías de Francia. Y precisamente en esos mismos jardines se encuentra la primera de sus obras monumentales. Es La Noche. Una obra que inicialmente labró en mármol en el año 1902 y que después fue moldeada para ser fundida en bronce.
Como en otras ocasiones en la trayectoria de Maillol se trata de una mujer con una simplicidad absoluta en sus formas, que a la vez son rotundas y con cierto carácter impenetrable. Y además hay otro elemento característico en su arte, y es que son figuras desnudas que inmediatamente vinculamos con el arte clásico, y sin embargo de una radical modernidad.
Esos desnudos en principio no tienen sentido alguno desde un punto de vista alegórico o literario. Con ello en realidad lo que pretende es encarnar la elegancia misma, la esencia. Busca el volumen, un volumen desnudo y que invite al goce estético. Son trasladan a otro momento de alguna forma relacionado con tiempos de la Arcadia, al igual que en pintura iba a hacer posteriormente Matisse con La Danza.
Maillol se convierte en un eslabón clave en la evolución de la escultura del siglo XX. Por un lado, es un artista que comenzó como pintor y su formación en la escultura fue totalmente autodidacta. Él se encarga de modelar sus obras, mientras que los tallistas gracias a la técnica de puntos trasladaban esos modelos al mármol o gracias a la realización de moldes se convertían en bronce. En eso, podemos decir que fue un escultor de la vieja escuela. Pero formalmente no tiene nada que ver con el arte anterior. Ni siquiera con Rodin, ya que Maillol recurre a formas enormemente sintéticas, lo cual es de una modernidad total en su época.
Por otra parte es un artista eminentemente figurativo, con formas reconocibles, y muchas veces cargadas de sensualidad, sin embargo está avanzando hacia una volumetría geométrica que influirá mucho en las vanguardias que se acercan.
En definitiva, como decíamos al principio es uno de los gigantes del arte de la escultura. Un broche final estupendo a siglos de arte figurativo, al que nunca renuncia. Al contrario, siempre se ve un homenaje a los clásicos. Pero al mismo tiempo está innovando en la forma, renunciando a una idea descriptiva de la escultura y buscando la regeneración de esta disciplina artística.