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Medalla de Cecilia Gonzaga de Pisanello

Publicado por A. Cerra

Medalla de Cecilia Gonzaga de Pisanello

Durante el Renacimiento se recuperó la costumbre de la Antigua Roma de realizar medallas conmemorativas de ciertos personajes. Se hacían a partir de un molde unas pocas o como mucho unos centenares de monedas, fundidas de oro, plata o bronce, y con imágenes complementarias por ambas caras.

Por regla general en una de esas caras hay una imagen de retrato en bajorrelieve, tanto de busto como del rosto, y tanto de frente como de perfil. Y esa figura queda rodeada por una inscripción en el borde. Mientras que en la otra cara se dedicada el relieve a plasmar algún motivo alegórico o elementos vinculados con la heráldica del personaje representado.

Todo eso se cumple en esta medalla que realizó Pisanello, Antonio di Puccio Pisano (h. 1394 – h. 1455), quién es famoso por sus pinturas representativas de los últimos estertores del arte gótico en Italia. Pero que también trabajó este tipo de objetos en relieve. Realizó unas 20 medallas a lo largo de su vida, y se le considera como el gran renovador de esa tradición, algo que él comenzó a hacer todavía con formas góticas pero espíritu renacentista.

De todas las que hizo, tal vez la más hermosa sea está dedicada a Cecilia Gonzaga en el año 1477. Seguramente fue un encargo que le hizo su hermano Ludovico Gonzaga, a quién también le había hecho antes una medalla Pisanello.

Medalla de Cecilia Gonzaga de Pisanello

Esta mujer de la aristocracia de Mantua y educada en los ambientes más exclusivos de su tiempo, fue capaz de rechazar el matrimonio concertado que había destinado para ella. E incluso se recluyó en un convento desde el año 1445 hasta su muerte. Sin embargo, Pisanello la representa aquí con ropas muy a la moda más señorial. Y por la otra cara, el artista eligió una alegoría con símbolos clásicos para plasmar la calidad intelectual y también la virtud de la homenajeada.

Lo cierto es que cuando Pisanello realizó este trabajo ya había alcanzado un gran dominio de la técnica, y su prestigio como medallista era el más alto en toda Italia. Así que era llamado de las distintas cortes de la península trasalpina para realizar este tipo de trabajos, además de sus obras en pintura, tanto de caballete como al fresco.

Por eso a lo largo de su vida se pueden rastrear sus huellas en muchos lugares. Por supuesto en Pisa donde nació, de ahí el sobrenombre con el que ha pasado a la historia. Pero también en Ferrara donde trabajó la familia Este, o en Mantua con sus creaciones para los Gonzaga. O en Nápoles donde fallecería hacia el año 1455.