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Hombre joven sujetando un medallón de Botticelli

Publicado por A. Cerra

Hombre joven sujetando un medallón de Botticelli

Sandro Botticelli ha pasado a la Historia del Arte gracias a algunas de las más delicadas y sensuales obras de la pintura del Renacimiento. Obviamente estamos hablando de sus fabulosos cuadros de La Primavera o El nacimiento de Venus. Sin embargo, antes de que realizara sus obras maestras hizo otro tipo de cuadros. Y durante un tiempo se dedicó a hacer retratos. Un género que trabajó especialmente entre los años 1470 y 1480.

De toda aquella producción retratística, lo cierto es que hasta nuestros días solo ha llegado una pequeña parte de ella. Y en muchos casos se trata de retratos en los que ignoramos la identidad exacta de los modelos. Un buen ejemplo sería el Retrato de un desconocido o este singular Hombre joven sujetando un medallón. Una obra que recientemente se ha subastado y ha alcanzado un precio récord de más de 90 millones de euros.

Entre ambos retratos se observan ciertos parecidos. Para empezar, porque en los dos casos se trata de una efigie masculina en la que el retratado se nos muestra como un busto. Los cuadros son de fechas similares y en ninguno de los dos se conoce quién posó para Botticelli o quién lo encargó, si bien en sendos trabajos se especula con que fueran trabajos para algún miembro de la poderosa familia florentina de los Medicis.

Y por último hay otra similitud que salta inmediatamente a la vista, y es la presencia de ese medallón con la efigie de un santo. Si bien parece ser que esa parte fue una añadidura posterior, de ahí ese peculiar trampantojo, con la mano que parece salirse del marco.

El caso es que este tipo de presentación tuvo un enorme éxito en su época, y de alguna forma fue algo revolucionario, ya que Botticelli fue uno de los primeros pintores que osó trasgredir la norma clásica de hacer los retratos de perfil, algo que se seguía haciendo en tiempos del Renacimiento y basta ver las célebres efigies de los Duques de Urbino que pintó Piero della Francesca, otro renovador del arte del Quattrocento renacentista.

Pero volviendo a la obra de Botticelli, pese a ser una obra de juventud, se ve el gran carácter de este pintor avanzado a su tiempo. Algo que se manifiesta de diversas formas. Por un lado, sabe volcar todo el ideal de belleza apolínea en su retratado, tal y como hará en sus obras más célebres con modelos femeninas. Y además llama la atención el fondo a base de tonos azules y formas rectangulares, creando curiosos marcos y reencuadres, lo cual es de una modernidad absoluta.