Programa escultórico del Templo de Zeus en Olimpia
En la región de Olimpia se levantó en las inmediaciones del Altis una de las construcciones más destacadas de la época clásica, El Templo de Zeus. Esta pieza de singular importancia arquitectónica contaba a su vez con algunas de las esculturas más destacadas del estilo clásico severo y pese a que en la época de su descubrimiento no fueron especialmente valoradas, a día de hoy son piezas de gran valor y reconocimiento. A mediados del siglo XVIII se encontraron los primeros restos de la construcción pero no fue hasta el siglo siguiente cuando se realizaron verdaderas excavaciones y estudios importantes acerca de la obra. En esta época el ideal escultórico griego eran las piezas típicamente clásicas de formas dulces y naturalistas, quizás por ello los arqueólogos se sintieron más bien desencantados ante las piezas descubiertas en Olimpia, piezas que poco tenían de clásicas siendo más bien, las típicas esculturas de estilo severo, en las que el naturalismo ya es más que incipiente pero aun así las formas todavía son rígidas, poco plásticas.
El programa iconográfico del templo estaba basado en la justicia impartida por el padre de los dioses y personificada en Diké, una de las Horas hija de Zeus y Temis. De esta manera podemos observar como en el frontón oriental, ajustándose al marco triangular como viene siendo tradicional en los relieves griegos de los frontones, se representa la carrera de caballos entre Enomao y Pelops. En el centro del frontón aparece la figura de Zeus como árbitro y mediador de la carrera, sin embargo los expertos no parecen ponerse de acuerdo sobre la identidad concreta de quién es Enomao y quién Pelops; lo que sí es cierto es que el artista encargado de ejecutar la obra contaba con una gran capacidad de síntesis al narrar en tan poco espaciouna historia tan complicada.
Por su parte el frontón occidental es aún más complicado y en él se aprecia aún más la habilidad escultórica del artista. En él se narran la boda de Peritoo y Deidamia que fue arrasada por los centauros; el enfrentamiento se encuentra regulado por el dios Apolo y en él se aprecia la lucha de la virtud representada por los lapitas en contraposición con los centauros representando a las deidades del inframundo.
Tanto en el relieve oriental como en el occidental podemos señalar como la composición parte de una figura central, en un caso Zeus y en el otro Apolo, a partir de la cual se configura la acción de la representación para cerrar la acción en las esquinas del frontón.
En el templo de Zeus también encontramos relieves escultóricos en las metopas -son en total doce metopas distribuidas en dos conjunto de seis- donde se desarrollan los trabajos de Hércules y de donde procede la interesante pieza de Hércules sosteniendo el cielo, la incursión de esta temática en el programa de la Diké se justifica con un Hércules guardián de la justicia de los hombres.