Púlpito del Baptisterio de Pisa de Nicola Pisano
Esta obra de Nicola Pisano realizada entre los años 1259 y 1260 va a ser la primera de una esplendorosa serie de grandes púlpitos repartidos por la región italiana de la Toscana. Y curiosamente también Nicola Pisano (1205 – 1280 aprox.) es el primero de una larga saga familiar de escultores, los Pisano, que se inician en el siglo XIII y continúan trabajando con éxito durante gran parte del siglo siguiente.
Concretamente este púlpito se encuentra en el Baptisterio de Pisa. Y como en muchas otras iglesias de la Toscana, los escultores se enfrentan al problema de que los templos de esta región no están concebidos con muchos soportes iconográficos. Esto le llevó a Nicola Pisano, a crear una nueva tipología de púlpito. Un tipo de elemento en el que se unen las artes de la arquitectura y la escultura, es decir, un templete escultórico. Unas formas en las que se pueden ver las influencias de los sarcófagos antiguos y las formas escultóricas que los decoraban.
El púlpito en sí se apoya en columnas reaprovechadas que, o bien apoyan sobre basas áticas o bien sobre leones, símbolos de fortaleza y protección. Las columnas quedan unidas entre sí por medio de arcos de medio punto con un trilobulado de estilo gótico, correspondiente al momento histórico en el que se construyó. Y tanto en los capiteles como en las albanegas aparecen figuras escultóricas.
Y todo ello para soportar y elevar el propio púlpito, protegido por cajas con relieves. Una de las escenas de estas cajas es el “Nacimiento de Jesús”, donde une tres episodios en el mismo relieve: la Anunciación, el Nacimiento y el Anunciamiento a los pastores. Se trata de una composición todavía muy medieval, con el característico horror vacui, algo que conlleva unas formas poco realistas. Y también en la composición se aprecia las formas de la Antigüedad, como en la figura yacente de María que recuerda a la de las matronas romanas. Un homenaje a la escultura clásica que también se aprecia en muchas otras partes del púlpito, como por ejemplo en otro panel con relieve que muestra la Adoración de los Reyes Magos, donde el cortejo recuerda escenas romanas en la que los reyes vencidos rendían pleitesía al emperador.
El artista quedó tan satisfecho con su obra, que llega a leerse una inscripción en la que se lee su nombre, Nicola, algo que no era del todo habitual en aquellos tiempos. Y es que tras su construcción fueron muchas las iglesias que encargaron púlpitos semejantes, primero en la Toscana, luego en el resto de Italia, después en diversas ciudades europeas.
Por todo ello la influencia de Nicola Pisano es tremendamente importante en la escultura gótica de Italia y de muchos lugares del continente. Y su influencia no sólo llegó a los miembros de la saga familiar, como Andrea Pisano o Giovanni Pisano, sino que incluso grandes escultores del Renacimiento reconocieron su magisterio. Ése es el caso del gran Miguel Ángel Buonarroti que admiraría esta obra u otras de este artista, como sus relieves para las primeras puertas góticas del Baptisterio de Florencia, que luego serían modernizadas por otras, ya renacentistas de Lorenzo Ghiberti.