Las Puertas del Paraíso de Ghiberti
Estas fueron las terceras puertas que se realizaron para las entradas al Baptisterio de Florencia, que está situado justo enfrente de la principal portada de la catedral de Santa María de las Flores, conocida como muchas catedrales italianas con el nombre de il Duomo.
En estas terceras puertas se varió el esquema de las anteriores, ya que se realizaron a partir de diez paneles cuadrados. Todas las escenas representadas son escenas del Antiguo Testamento, y el gran valor artístico de estos relieves de bronce son la multitud de detalles que se producen gracias a los variados efectos de profundidad en la talla. A ello ayuda que cada uno de los episodios representados se sitúa en escenarios de lo más variado, desde paisajes en los que aparecen árboles decorativos hasta arquitecturas finamente grabadas.
En cuanto a los personajes, tanto surgen en primer plano con un modelado liso y continuo como en grupos alejados en segundo, tercer plano o al fondo.
Lorenzo Ghiberti también había realizado unos años antes las Segundas Puertas del Baptisterio, pero en estas últimas salió toda su genialidad como escultor. Para las anteriores empleó más de 20 años en su realización, desde el año 1403 cuando ganó el concurso para su ejecución hasta el año 1425. Y ese mismo año, emprendió el nuevo trabajo de las Puertas del Paraíso, que no acabaría hasta 1452.
En ellas se puede ver tanto su talento como escultor como su habilidad de reputado orfebre, lo que le proporcionaba una gran maestría a la hora de realizar los detalles. Y los hay y muchos, ya que a lo largo de los más de veinte años que tardó en realizarlas se puede ver toda la evolución de su arte y como cada vez se va complicando más y más su estilo, y como a las formas más tradicionales de la escultura florentina va incorporando elementos novedosos que abrirán nuevos caminos para artistas posteriores.
Posiblemente lo más valorado del arte de Lorenzo Ghiberti es su perfección técnica y la elegancia de sus composiciones y figuras. En realidad los escenarios en los que plantea cada imagen casi se pueden considerar cuadros de pintura en los que atiende a cuestiones como la perspectiva o las diferentes escalas de los personajes, que siempre aparecen modelados de manera finísima. Para ello realizaba numerosos estudios previos, y no dudaba en hacer algunas figuras por separado para luego insertarlas en el fundido del panel final.
Lorenzo Ghiberti como su contemporáneo y rival, Filippo Brunelleschi, son dos artistas con los que comienza el Renacimiento pleno, y son dos de las personalidades que luchan para que su trabajo deje de considerarse como algo artesanal y gremial, ellos se consideran artistas con mayúsculas y así quieren ser considerados, y de hecho para realizar su práctica artística buscan un fundamento teórico y científico. Está claro que eso lleva a un proceso de concepciones cada vez más individualistas y egocéntricas, algo que se irá acentuando más y más, tanto en artistas inmediatamente posteriores como Miguel Ángel o Leonardo, como en toda la Historia del Arte posterior hasta nuestros días.