Relieve de La Marsellesa de Rude
Este relieve obra de Francoise Rude (1784 – 1855) decora una de los pilares del Arco de Triunfo de París y lo realizó en el año 1832. En realidad, recibió el encargo por parte del primer ministro francés Thiers de decorar todo el monumento, sin embargo no lo hizo completo y tan solo llegó a terminar este relieve que representa un triunfo revolucionario de 1792 con la escena de “la defensa de las fronteras cantando la Marsellesa”, lo cual es una representación escultórica de similares valores simbólicos para el pueblo francés que lo que significa el cuadro de Delacroix La libertad guiando al pueblo.
La obra es uno de los máximos exponentes del movimiento romántico en su vertiente escultórica durante las primeras décadas del siglo XIX, y podemos descubrir todas las características propias de este estilo artístico.
La parte superior de la obra está presidida por una personificación femenina de la Revolución, que ataviada con la indumentaria guerrera dirige con el gesto y la voz a los soldados que aparecen en la zona baja del relieve. En realidad, esta personificación era muy del gusto neoclásico, sin embargo la representación de Rude es muy romántica por sus gestos, gritando una arenga, con el brazo izquierdo levantado y en el derecho portando una espada que marca la dirección de la lucha.
El espacio de abajo, ocupado por los soldados, se trata de un conjunto de figuras que de alguna forma sirven de pedestal figurado para la escultura superior, la gran protagonista del conjunto. En este caso, se pueden ver más claramente características de la escultura neoclásica, con un cuidado estudio del armamento de los personajes, e incluso alguna de estas figuras es una copia de estatuas de origen grecolatino.
En las otras tres caras de los pilares del Arco del Triunfo aparecen otros relieves con las siguientes temáticas “La paz romana” y “Las invasiones bárbaras” esculpidas por Étex, y “El consulado napoleónico” obra de Cortot. Y si comparamos ésta última con la obra de Rude se pueden apreciar grandes diferencias entre las características de la escultura neoclásica y la romántica. Ya que en el relieve de Cortot impera el estatismo y la poca expresividad, lo que en la obra de Rude se convierte en un mayor movimiento y mucha más elocuencia para transmitir los sentimientos y la acción.
Por esa capacidad de Rude para evocar momentos históricos con emoción, recibió otros encargos de escultura pública con importantes personajes de la historia de Francia. Por ejemplo hizo una escultura de Santa Juana de Arco y también ejecutó el Monumento al Mariscal Ney. Si bien, Francois Rude también trabajo de una forma más libre en una vertiente escultórica de carácter más privado, en la que hizo retratos como el molde en yeso que se conserva del retrato a Gaspar Monge, u obras de temática muy pintoresca que tanto gustaban en los salones de la época, es el caso de la escultura El pescador-niño jugando con una tortuga. Y por último también hay que citar que trabajó otras obras más serias de temática funeraria, como el bronce del difunto Cavignac.