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Retrato de Escipión de Verrocchio

Publicado por A. Cerra
Escipión de Verrocchio

Escipión de Verrocchio

Estamos ante un bajorrelieve en mármol que realizó entre los años 1470 y 1480 el artista italiano Andrea di Francesco di Cione, más conocido como Il Verrocchio.

Este retrato representa al general romano Escipión y hay que entenderlo en el contexto histórico e intelectual del Renacimiento al que pertenece el conjunto de la obra del Verrocchio, que es tanto pictórica con obras como El Bautismo de Cristo y escultórica con creaciones tan afamadas como su David o la representación de la Duda de Santo Tomás.

El Renacimiento fue una época en la que la corriente de pensamiento humanista busca referentes morales y políticos en los hombres del pasado. Y uno de esos héroes de la Antigüedad por los que sentían verdadera devoción fue Publius Cornelius Scipio, llamado el Africano (235 – 183 antes de Cristo).

Un personaje del que no solo se alababan sus victorias militares contra los cartagineses, sino que también se tenía por ejemplo de caballero, hombre al mismo tiempo de guerra y de letras. Algo que no solo se manifiesta en relieves como este, sino que también se puede leer en la obra de uno de los más grandes representantes de la lírica renacentista: el poeta Petrarca que igualmente le dedicó versos a Escipión.

Pero esta veneración de personajes históricos se completaba con el ciclo de los llamados “capitanes enfrentados”. Es decir, si se nombraba a Escipión había que citar a Anibal, su enemigo cartaginés que vendría a representar todo lo contrario. Y otro caso semejante sería el griego Alejandro Magno y el persa Darío. Pues bien, a estos cuatro personajes les dedicó varios retratos en distintos materiales Verrochio. Los hizo en mármol como este que se conserva en el Museo del Louvre de París, pero también los realizó en terracota o en bronce, e incluso se guardan sus grabados y dibujos.

Y no solo eso, sino que también sus aprendices del taller los realizaron, y entre ellos el discípulo más famoso, Leonardo da Vinci, del cual se conserva una cabeza de guerrero, posiblemente Anibal, en el British Museum de Londres.

En definitiva, que el Escipión de Verrocchio muestra todas las grandes virtudes que se querían en la época para los gobernantes. Es decir, vemos a un personaje bello, en pose reflexiva, pero que al mismo tiempo está curtido en el combate y por esa razón porta todos los atributos del buen guerrero.