Tondo Pitti de Miguel Ángel
Este es un relieve realizado en mármol por Miguel Ángel Buonarroti en torno a los años 1504 y 1508, y que en la actualidad se expone entre los fondos del Museo Nacional de Escultura del Barghelo en Florencia.
El tondo es un tipo de obras de formato redondo que estuvieron relativamente de moda durante el Renacimiento italiano, y se aprovecharon tanto para hacer relieves y formas escultóricas como esta, como para pinturas. De hecho, el propio Miguel Ángel por estas mismas fechas pintó el delicado Tondo Doni.
En cuanto al Tondo Pitti recibe este nombre porque fue un encargo que labró para Bartolomeo Pitti. En él vemos la figura de la Virgen que está enseñando a leer al Niño Jesús y también a san Juanito, un tipo de escena que fue muy popular en todas las artes figurativas y decorativas del siglo XV (Quattrocento), y que también se prolongó durante los primeros años del siglo XVI (Cinquecento).
Técnicamente podemos apreciar que se ve uno de los rasgos distintivos de la escultura de Miguel Ángel. Estamos hablando del stacciato, especialmente aparente en la figura de san Juanito, el cual parece emerger de la misma profundidad del mármol. Mientras que las otras dos figuras se convierten en un altorrelieve, e incluso la Virgen, se sale del marco circular del tondo, y su cabeza rompe esa forma geométrica dándole finalmente vida a la escena.
Si nos fijamos bien en las formas de Jesús y su madre se aprecia que el maestro les ha dado un tratamiento distinto para cada una. Porque el Niño Jesús tiene un diseño y un trazo muy curvilíneo, y en cambio la Virgen María posee unas formas mucho más rotundas, severas, en las que predominan los ángulos y los juegos de mucha plasticidad.
También es interesante observar como la mujer rompe por completo con el asiento cúbico y con los puntos que le podrían dar estabilidad. Eso, su postura girada y la cabeza saliendo del marco le dan un increíble dinamismo, y todo ello siguiendo la composición más tradicional y estática que existe, que es la de un triángulo. Sin embargo esa pirámide que forma el cuerpo de María y el de su Hijo está atravesada por una serie de líneas horizontales y oblicuas, correspondientes a los pliegues del ropaje, el libro o los brazos de los personajes.
En definitiva, que aquí Miguel Ángel, aquí en una obra de juventud, contemporánea de su famoso David, se nos muestra ya como un poderoso maestro de la escultura.