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Tumba de Carlo Marsuppini

Publicado por A. Cerra

Tumba de Carlo Marsuppini de Desiderio da Settignano

Esta escultura de carácter fúnebre se encuentra en el interior de la Iglesia de la Santa Croce de Florencia. Un templo que acoge monumentos funerarios en honor de grandes personalidades de la vieja República de Florencia, como el poeta Dante Alighieri, el científico Galileo Galilei, el político Nicolás Maquiavelo o el artista Miguel Ángel.

Y está claro que el nombre de Carlo Marsuppini no es tan famoso como el de esas otras personalidades de la capital de la Toscana, pero en su época (1398 – 1453) fue tremendamente influyente, ya que tuvo un importante cargo como secretario de la República florentina. Y ello le valió la oportunidad de ser enterrado en la iglesia de Santa Croce.

Para su tumba, realizada inmediatamente tras su muerte, se contó con el diseño del artista Desiderio da Settignano (1430 – 1464), un escultor de corta vida que comenzó su formación trabajando con el gran Donatello, que con obras como su David es uno de los máximos exponentes de la corriente más humanista del Renacimiento.

Da Settignano, tras su formación con Donatello pasó a trabajar con los hermanos Antonio y Bernardo Rossellino que fueron otra gran influencia para él. De hecho, la Tumba de Carlo Marsuppini se inspira en gran parte en la Tumba de Leonardo Bruni, también secretario de la República, también ubicada en Santa Croce y realizada unos años antes por Bernardo Rossellino.

No obstante, él hace una reintepretación de la obra de Rossellino, lo cual se debe a que tiene un carácter artístico diferente. Da Settignano opta por unas formas mucho más blandas, y con unos modelados cargados de suavidad, tanto que por momentos la superficie de la piedra y el mármol puede dar la sensación de transparencia.

A eso hay que sumarle, que la obra de Desiderio da Settignano es mucho menos rígida, y en ella se ve un dominio de las líneas curvas, lo cual le proporciona al conjunto una atmósfera de mucha más ligereza.

Lo que sí que tienen en común es gran parte del repertorio ornamental, que en el caso de la Tumba de Carlo Marsuppini está labrado con una gran finura. Aquí se ven un sinfín de palmetas, conchas, putti o amorcillos, y muchos otros elementos sacados del arte de la Antigüedad. De ahí lo extrajeron todos los artistas del Renacimiento italiano, y también era un tipo de arte que reverenciaban las personalidades más insignes del pensamiento humanista de la época, entre las cuales se incluía Carlo Marsuppini.