Composición en gris y negro de Whistler
Este óleo pintado sobre lienzo, también se conoce con el título de “Retrato de la madre del artista”. Y el artista no es otro que el pintor James Abott Mcneill Whistler quién lo realizó en el año 1871, y que en la actualidad forma parte de la colección de pintura impresionista del museo de Orsay de París.
Este pintor de origen norteamericano fue uno de los activistas iniciales del movimiento impresionista. De hecho, ya participó en el famoso Salón de los Rechazados de 1863, donde participaron artistas tan célebres como Monet.
Si bien, el Impresionismo que desarrolló a lo largo de su vida Whistler (1834 – 1903) tuvo cierto distanciamiento respecto al que representan Monet o Renoir. De hecho, su arte se enfocó más a la composición de esquemas delicados, y no se preocupó en exceso por la consecución de los efectos de luz y color que tanto atrajeron a otros pintores contemporáneos.
Para Whistler, el objeto de la pintura no se basaba en el tema que se representaba en un lienzo, sino que lo importante era la manera en que este tema era transferido a formas y colores. Incluso el título que aplica a este cuadro es bien demostrativo de esto. Porque si bien él retrata a su madre, a la tela le da significativamente ese título de “Composición en gris y negro», alejándose de esta forma del tema, quitándole importancia y restándole sentimiento a la imagen. Y claramente dándole todo el sentido al propio objeto artístico, ya que lo importante son los colores y la forma en la que se combinan para componer la escena.
Y sin embargo, el gran logro de este cuadro es que consigue que la armonía de formas y colores del cuadro no se halle en contradicción, todo lo contrario, están en una perfecta sintonía con el tema representado. Al contemplar la obra se respira sobre todo un atmósfera apacible, lo cual lo logra por el equilibrio de la formas, y porque los tonos grises y negros que dominan el interior de esta habitación donde se sienta la protagonista sirven para realzar la soledad y la tranquilidad de la mujer.
En realidad, Whistler fue en su propia concepción del artista una especie de peculiar personaje avanzado a su época, ya que ante todo fue un esteta, que pensaba que la sensibilidad artística era lo único digno de tomarse en serio, una actitud que le llevó a protagonizar diferentes episodios y anécdotas que en ocasiones han ensombrecido su verdadera talla como artista.