Dodo de Roelant Savery
El Siglo de Oro de la pintura holandesa dio un sinfín de artistas y de los más variado. Es cierto que los grandes nombres del siglo XVII fueron grandes maestros del arte Barroco como Rembrandt o Franz Hals, pero también hubo otros artistas menores pero muy interesantes. Ese es el caso de Roelant Savery (1576 – 1639).
Este pintor que trabajó para el emperador Rodolfo II en Praga o que viajó por diversos lugares de Europa como el Tirol en los Alpes o Viena, se acabó por establecer en Utrecht desde 1618 y se especializó sobre todo en pinturas de paisaje y de naturaleza, creando lienzos rebosantes tanto plantas como animales. De hecho pintó en numerosas ocasión el jardín de su casa que además se convirtió en una peculiar academia de pintura de la ciudad.
En su temática se nota el amor por el detalle que caracteriza a la escuela pictórica holandesa. Y aunque pintara una escena mitológica o religiosa, solía incorporar sus típicos paisajes donde cada flor o cada animal los representaba con minuciosidad. Y lo cierto es que era muy del gusto de la época, y también posteriormente, ya que se trata de un autor relativamente codiciado por los coleccionistas.
No obstante de toda su producción, hoy en día lo más valorado es este cuadro que realizó entre los años 1626 y 1628, y lo es más por lo que representa que por el cómo lo hace. Y es que esta es una imagen de un animal ya extinto: el dodo.
A esta peculiar ave la pintó en varias ocasiones, si bien la imagen más famosa es esta que poseyó el ornitólogo George Edwards, de ahí la leyenda que hay en su parte superior, y con la que dejó constancia de su entrega al Museo de Historia Natural de Londres donde se encuentra en la actualidad.
El dodo, cuyo nombre científico es Raphus cucullatus era un pájaro originario de la isla Mauricio. Un territorio que en el océano Índico que estuvo en manos primero de los portugueses y luego se convirtió en colonia comercial de los Países Bajos. Allí estaba esta ave de la familia de las palomas, la cual debido a la escasez de depredadores había evolucionado perdiendo su capacidad para volar y ganando en cualidades para vivir en el suelo.
Eso sin duda fue definitivo para que con la llegada de los europeos desapareciera. Era tan fácil cazarla que hasta la llamaron inicialmente pájaro bobo. Entre las capturas y la irrupción de fauna externa, especialmente las ratas que traían los barcos, acabaron por extinguirse. Si bien algunos ejemplares se trasladaron a Europa, y uno de ellos fue pintado por Savery en su Holanda natal.