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El hígado es la cresta del gallo de Gorky

Publicado por A. Cerra

El hígado es la cresta del gallo de Gorky

El expresionismo abstracto es el primer estilo artístico que es propiamente estadounidense y que tendrá pintores tan aclamados como Jackson Pollock o Willem de Kooning. Pero para comprender como emergió ese tipo de arte tan especial, hay que buscar las explicaciones en la realidad y el contexto histórico.

Y ese contexto fue que paulatinamente en el periodo Entreguerras, Estados Unidos se fue convirtiendo en el epicentro del mundo, y por supuesto eso fue haciendo que también que sus grandes ciudades se fueran convirtiendo en focos culturales de carácter internacional, que emergían una irrefrenable atracción para los más grandes artistas, fueran cuales fueran sus procedencias.

Un proceso que se multiplicó de forma definitiva y exponencial, tras la Segunda Guerra Mundial De esta manera, a Estados Unidos fueron llegando gentes como Piet Mondrian, Salvador Dalí, Fernand Léger, Marc Chagall y otros muchos, que fueron la influencia de la nueva generación de artistas del país.

Uno de esos creadores que llegaron a Estados Unidos fue el armenio Arshile Gorky (1904 – 1948). Pero este lo hizo mucho antes de se un cotizado artista, ya que se instaló con solo 16 años en el país tras una peripecia vital increíble en la que tuvo que huir del genocidio armenio, ver como moría en sus brazos su madre y caminar cientos de kilómetros en su huída. El caso es que se iba a convertir en el nexo de unión entre el Surrealismo y el futuro Expresionismo Abstracto.

Entre las grandes obras que allí realizó fueron los 10 murales que hizo para decorar el aeropuerto de Newark, si bien muchos han sido destruidos y solo dos han sido redescubiertos.

No obstante, una de sus obras maestras es el gran lienzo (186 x 249) que se conserva en el Albright-Knox Museum de Bufalo titulado El hígado es la cresta del gallo. Una obra que realizó en 1944 y que sintetiza esa evolución desde lo surrealista a la abstracción más expresiva.

En ello hay un elemento determinante que es el sello más personal de este pintor, y que comparte con otros artistas contemporáneos como Joan Miró o Hans Arp. Son las formas biomórficas, es decir, que parece que sean masas orgánicas, de manera que con ellas pretende hacer más fácil la transmisión de sentimientos y expresiones.

Gorky decía que al afrontar estas obras, él no se planteaba “pintar frente a la naturaleza”, lo que en realidad estaba buscando era “pintar dentro de ella”. Y este lienzo es su máxima expresión, ya que cuando los espectadores se sitúan ante él, es la pintura la que parece atraerlos hacia su interior, para rodearlos envolviéndolos de formas cambiantes y vivas.