En el Moulin Rouge de Toulouse Lautrec
Se trata de un óleo pintado al óleo por el pintor francés Henri Toulouse-Lautrec en el año 1892. Actualmente es propiedad el Art Institute of Chicago, en Estados Unidos.
Esta obra es un magnífico ejemplo de la pintura que este artista realizó con la temática de los bares, cafés y cabarets del París de finales del siglo XIX. En esta ocasión, eligió uno de los cafés más emblemáticos de la capital francesa, el Moulin Rouge. Para ello optó por un encuadre muy cinematográfico, que llega incluso a cortar los personajes sin que salgan completos en la tela aunque estén en primer plano. También se manifiesta la influencia que por aquellos años tuvo en su pintura el descubrimiento de un tipo de grabados japoneses denominados Ukiyo-e, cuyas estampas realizadas por artistas nipones como Utamaro, Hokusai o Hiroshige fascinaron a Toulouse Lautrec.
La composición se basa en un primer plano ocupado por una balaustrada que recorre en diagonal toda la parte izquierda de la obra, y actúa como si nosotros, los espectadores estuviéramos ahí asomados y viendo la escena del interior del café. Mientras que la parte derecha la ocupa la figura de una de las artistas del espectáculo del Moulin Rouge, la conocida como señorita Nelly C. que lleva un vestido oscuro lo que hace destacar aún más su pelo amarilla y el fuerte maquillaje del rostro, casi una máscara fantasmagórica.
Más atrás hay una mesa en la que están sentados varios personajes, que en realidad son personas reales retratadas para la ocasión y que eran clientes habituales del café y amigos de Toulouse Lautrec. Y más atrás aparecen otros personajes conocidos en la época como una de las estrellas del show del cabaret que se arregla el cabello mirándose en un espejo, e incluso se puede reconocer al propio artista que se autorretrata y descubrimos así su escasa altura.
Por todo ello, además de una obra maestra de la pintura del postimpresionismo francés, este lienzo se puede considerar un documento de la época, una especie de fotografía que nos muestra los personajes y el ambiente de la noche parisina.
Además, el cuadro En el Moulin Rouge es una buena muestra del método de trabajo de este artista. El cual primeramente dibujaba al carboncillo, más bien esbozada en grandes líneas toda la composición de la obra. Para después comenzar a aplicar los colores con rápidas pinceladas, primero los tonos más cálidos y luego la gama de fríos y los negros. Sobre todo en lo referente a las diversas figuras, ya que lo último que pintaba era el fondo, para finalmente realizar distintos detalles.
En definitiva, esta obra es una de las mejores de su amplia producción, una producción en la que aparece en diversas ocasiones el mismo interior del Moulin Rouge, así como muchos de los personajes habituales en él. Aunque hay que decir que Toulouse Lautrec también pintó otros cabarets de la época, y también nos dejó escenas de café y de circo, y sobre todo fue un estupendo retratista, en muchas ocasiones realizando retratos de los artistas que actuaban en ese tipo de espectáculos nocturnos, de los que él era un seguidor incondicional.