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En el bar: el cliente y la cajera de Toulouse Lautrec

Publicado por A. Cerra
En el bar: el cliente y la cajera de Toulouse Lautrec

En el bar: el cliente y la cajera de Toulouse Lautrec

Este es uno de los típicos cuadros de Henri Toulouse Lautrec que él pintaba con óleo pero sobre cartón. Un fondo que para él le sirve de manera que puede usar el pincel cargado de pintura tanto para dibujar como para pintar (o sea, dar color), y todo ello aplicando trazos muy amplios, y sobre todo muy amplios.

En este caso podríamos hablar de una obra de madurez, ya que la realizó en 1898 y ya no le quedaban muchos años de vida, pero a su juventud, ya Toulouse Lautrec nació en 1864 y falleció en 1901.

Pictóricamente esta obra suya conservada en la Kunsthaus de Zurich, en Suiza, muestra todo su arte y las características de su estilo.

En la práctica, casi la mitad del cartón está ocupado para representar la barra del bar. O sea uno de los escenarios favoritos en toda la trayectoria pictórica de Toulouse Lautrec como se puede ver en varas de sus obras como En el Moulin Rouge.

Sobre esa mesa nos coloca un vaso y una botella, nada más, y ambos objetos representados con escasos trazos en blanco y en azul. Y luego los dos personajes de la escena. Estas dos personas ocupan gran parte de la mitad superior del cartón. Especialmente por la gran chaqueta marrón del hombre y el vestido azul de la señora junto a la caja.

El contraste fisiológico entre ambos personajes, no puede ser mayor, ya que él es orondo, y ella de un figura muy fina. También a ambos los vemos en una actitud diferente. Él nos mira de frente, mientras que la mujer está de perfil afanada en la caja del bar. Curiosamente el rostro anguloso, muy potenciado al emerger del blanco de su camisa, todavía contrasta más con la cara redonda del cliente pelirrojo. Y Toulouse Lautrec, en la simplicidad de su pintura no deja de presentar un elemento habitual en los bares de la época: el espejo que hay tras la barra. Algo que se puede ver en otras obras de aquellos años como El bar del Folies Bergère de Manet.

En realidad, con esta representación, el autor está buscando presentarnos una escena muy real, y sobre todo basada en los retratos de los dos personajes. Unos seres cargados de expresividad, de misterio y también de mucha vida interior. Y es que como en tantas otras obras suyas que muestran la noche parisina, a veces en bares como en esta obra En el bar: el cliente y la cajera y otras veces en cabarés (Baile en el Moulin Rouge), espéctaculos varios (La Payasa Cha u Kao) o en prostíbulos (En el salón de la rue des Moulins), él intenta mostrar a esos seres como personas de carne y hueso, más allá de sus profesiones o sus vicios.