Ermita de Camañas
Este templo en la provincia española de Teruel es muy interesante por dos motivos. En primer lugar porque es un ejemplo de cómo se funden los estilos artísticos a lo largo del tiempo, en este caso el Románico, el Gótico y el arte Mudéjar. Algo que ocurre incluso en lugares aparentemente lejanos a todo y muy aislados en el pasado, cuando las comunicaciones no eran tan rápidas ni sencillas como los son hoy.
Y el segundo motivo por el que es interesante mencionar esta iglesia es porque su interesante conjunto de pintura en la techumbre de madera ha sido recientemente restaurada, proporcionándonos un interesante conjunto de madera policromada con el estilo del Gótico Lineal y notas de la pintura mudéjar del siglo XIV. De esta manera, estas pinturas forman junto con la Techumbre mudéjar de la Catedral de Teruel, dos obras de arte de gran valía y singularidad.
Esta ermita en otro tiempo estaba incluida dentro del recinto amurallado y con torreones que aquí construyeron los caballeros templarios, y que posteriormente ocupó otra orden militar, en el este caso los de San Juan del Hospital. Sin embargo, de aquel castillo apenas quedan vestigios arqueológicos, mientras que la iglesia no se perdió. Todo lo contrario fue creciendo y modificando su aspecto con el paso de los siglos y la llegada de nuevos estilos artísticos.
De hecho, la cabecera de la iglesia tiene su origen en el Románico, e incluso han salido a la luz los vestigios de lo que fue una pintura mural en el ábside con la imagen del Pantócrator y el Tetramorfos, o sea Dios en majestad y los Cuatro Evangelistas, algo habitual en las pocas pinturas murales románicas que han llegado hasta la actualidad como es el caso de las de la iglesia de San Clemente de Taüll.
Sin embargo, lo más valioso de la Ermita de la Virgen del Consuelo de Camañas es que el templo fue ampliado en época gótica y se construyeron dos tramos de nave cubiertos con un techo de madera que dejaba a la vista todo el entramado de vigas. Esa madera fue el soporte para un repertorio de pintura medieval de gran valor, tanto artístico como histórico. Histórico porque se muestran infinidad de escudos heráldicos y caballeros, como si fuera un desfile de nobles de la época en el que los investigadores pueden apreciar su vestuario, armamento, insignias, etc. Un sinfín de detalles que ahora se ven mucho más claros tras la restauración y que ahora pueden ser investigados mejor.
Pero además de los caballeros hay otro tipo de pinturas de difícil significado. Por ejemplo, se ve un perro cazador con cabeza de conejo, una contorsionista cuyos brazos y piernas forman una esvástica, unos siameses con dos cabezas y otras figuras que solo permiten la especulación sobre su significado, que podría estar relacionado con las creencias o las mitologías más medievales. No obstante, merecen la admiración hacia quiénes las pintaron aquí, siendo capaces de volcar toda su imaginación para decorar un recinto sagrado.