Feni de Vasarely
El pintor húngaro Víctor Vasarely (1908 – 1997) está considerado como uno de los máximos representantes de una de las más peculiares vanguardias artísticas del pasado siglo XX, el Op Art, abreviatura de la corriente artística Optical Art nacida en los años 50 en Estados Unidos. Si bien, él siempre calificó su producción de arte cinemático, ya que relacionaba sus imágenes con el movimiento virtual o aparente.
Y es que Vasarely con sus obras, algunas en blanco y negro, otras en color, y otras incluso en tres dimensiones, lo que pretende es plasmar la idea de la relación existente entre la propia obra y cada una de las personas que la observan. Según sus propias palabras es mucho más importante experimentar la presencia de una obra artística que llegar a entenderla. De ahí que él conciba el arte con un medio de expresión ligado con las sensaciones, porque lo que busca es provocar un efecto físico en aquel que se sitúa ante sus cuadros, sin importarle tanto el ingrediente intelectual.
Toda su producción artística se puede resumir en esta obra titulada Feni. Siempre genera composiciones a partir de una especie de ajedrezado, que en realidad son las piezas con las que crea su juego visual. Porque sus obras buscan ser estímulos para la vista.
Unas obras en las que es un componente muy importante la ambigüedad y la desorientación óptica, provocada a base de ritmos y tramas geométricas sincopadas. Con ello logra crear movimiento, aunque en realidad ese movimiento lo genere el ojo del espectador. Lo cierto es que aplica una especie de dimensión temporal a la obra, algo que ya había hecho décadas atrás los pintores futuristas o el inclasificable Marcel Duchamp.
Y ese efecto lo consigue aplicando a su arte un meticuloso estudio de la geometría y de la física, así como también estudió en profundidad las propiedades perceptivas que poseen cada uno de los colores. A lo que habría que añadir su experiencia en el mundo profesional de la publicidad, ya que Victor Vasarely cuando llegó desde su Hungría natal a París, los primeros trabajos que desarrolló fueron en el campo de la publicidad como grafista.
A partir de aquel momento fue evolucionando desde un arte más figurativo hasta las formas geométricas que vemos en su obra Feni. No obstante, su arte fue fruto de una constante evolución y una concienzuda investigación, llegando a incorporar a sus lienzos nuevos materiales, algunos metálicos como el aluminio.
Poco a poco su prestigio como pintor de vanguardia fue creciendo y alcanzó un alto reconocimiento a nivel mundial, incluso se creó su propia fundación en 1971 en Gordes, un pequeño pueblo de la Provenza, al sur de Francia. Una fundación que sigue activa en la actualidad, y donde también hay un museo en honor de este pintor. Este museo de Gordes junto con el museo Vasarely de Hungría son los centros donde más obras de este personal pintor se pueden contemplar.