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Gótico americano de Grant Wood

Publicado por A. Cerra

Gótico americano de Grant Wood

Esta es la obra más carismática e icónica del pintor estadounidense Grant Wood (1891 – 1942), un lienzo pintado al óleo que en la actualidad es una de las pinturas más buscadas por los espectadores que recorren el Instituto de Arte de Chicago.

Grant Wood junto a otros pintores norteamericanos como Thomas Hart Benton o John Stuart Curry representan la corriente artística del regionalismo. Un tipo de estética que junto al realismo de Hopper o al precisionismo de Sheeler o Demuth fueron la respuesta estadounidense al arte modernista que se estaba realizando a principios de siglo en Europa.

Grant Wood, con obras como este Gótico americano, de alguna forma quiso idealizar la vida rural en su país, donde lo cierto es que este tipo de personas estaban viviendo un periodo especialmente duro debido a los efectos de la Gran Depresión, ya que se trata de un cuadro de 1930.

Aunque también es una forma de plasmar un ideal político vigente en la época. Un periodo de políticas aislacionistas y también nacionalistas. Algo que parecen encarnar a la perfección esta anticuada pareja de granjeros, que representan el trabajo infatigable (de ahí la horca que lleva el hombre) pero también las costumbres más puritanas (simbolizadas en las ropas y el gesto de ella).

Por cierto los personajes retratados no eran realmente dos tipos del campo, sino que la mujer es la hermana del pintor, mientras que él era un dentista. El artista les convenció para posar con la promesa de que nadie los reconocería. Sin embargo ni el propio autor se podía imaginar la repercusión que iba a alcanzar la obra. Algo que hizo desde el principio, ya que la presentó a un concurso del Instituto de Arte de Chicago y ganó el certamen. Y aunque se le pagó una cantidad ridícula de dinero si la comparamos con la cotización actual del pintor, su fama fue casi espontánea.

Por otra parte también merece la pena aclarar el porqué del título, en especial lo de “gótico”. Y para ello hay que ver fijarse en el centro de la tela y en la casa que se ve al fondo donde se distingue una ventanal con el típico arco apuntado de la arquitectura gótica. Un detalle que se puede ver en muchas granjas del medio oeste norteamericano, pero que además Wood conoció de primera mano en Europa. Y es que viajó al Viejo Continente durante un tiempo para empaparse del arte histórico. Y de todo lo que conoció, lo que más le fascinó fue el arte flamenco y en especial las pinturas de Jan Van Eyck, de quien admiraba su capacidad para el detalle. Así que a lo largo de su carrera siempre obras como el Matrimonio Arnolfini siempre fueron una inspiración para él, como podemos intuir en este singular retrato norteamericano.