How Doth the Little Crocodile de Leonora Carrington
Es muy curioso darse cuenta que en un país como México se han dado cita, e incluso fueron muy buenas amigas, tres mujeres que son tres grandes artistas del pasado siglo XX, y verdaderos exponentes de que la creación femenina tiene unos rasgos definitorios y distintos. Esas tres mujeres fueron la exiliada española Remedios Varo, la más famosa de todas Frida Kahlo y la artista que aquí nos ocupa, Leonora Carrington.
A la inglesa Leonora Carrington (1917 – 2011) se la califica como una pintora surrealista, algo que lo fue desde sus inicios muy ligados a uno de los máximos representantes de esta corriente artística, como su maestro y amante Max Ernst autor de obras tan famosas como Las pléyades.
Desde esos inicios se codeó con los más importantes artistas europeos, pero pronto decidió viajar, y el caso es que en 1943 conoció a Edward James, el mecenas y creador del impresionante Jardín Surrealista en México. País en el que iba a residir ya durante décadas, llegando a nacionalizarse de ese país.
En México, Carrington encontró un ambiente artístico y cultural que nutrió su creatividad y le permitió desarrollar su estilo único. Se convirtió en una figura central en la escena artística local, participando en exposiciones y eventos culturales, y colaborando con otros artistas. Su casa en la Ciudad de México se convirtió en un punto de encuentro para artistas, escritores y pensadores, y su influencia se extendió más allá de las fronteras de México.
También allí realizó sus grandes obras. Unas creaciones donde une la religión, las ideas del psiquiatra Jung, los sueños, el terror y lo sobrenatural. Y donde hay elementos que se van repitiendo de modo constante, hasta formar una iconografía muy particular como es el caso de los cocodrilos que aquí vemos representados tanto en un cuadro como en una escultura que permanece expuesta en las calles de Ciudad de México.
La producción de Leonora Carrington abarca diversas disciplinas, entre ellas la pintura y la escultura, pero también la literatura. Unos escritos donde se siguen manteniendo los mismos iconos que en sus obras plásticas. Todo ello fruto de una imaginación desbordante, pero también con su parte de trastorno, ya que la artista sufrió varios episodios de enfermedad mental, en especial siendo joven, cuando llegó a estar ingresada en un psiquiátrico. Un episodio que siempre confesó que le había marcado profundamente.
Además de su arte, Carrington es conocida por su activismo y su compromiso con la justicia social. Fue una defensora de los derechos de las mujeres y de los animales, y utilizó su arte para expresar sus ideas y convicciones. Su obra refleja su visión del mundo y su deseo de cuestionar y desafiar las convenciones sociales y culturales.
En fin, que Leonora Carrington por su particular universo de imágenes, por su arte surrealista radical mantenido durante toda su producción, y por su larga vida rodeada de grandes artistas a un lado y el otro del océano Atlántico, es una mujer cuya obra es digna de conocer y mencionarse aquí. Su legado perdura en la historia del arte, y su influencia se puede ver en las generaciones de artistas que la siguieron.