Huída a Egipto de Patinir
Joachim Patinir pintó dos obras con la misma temática: el descanso de María con el niño Jesús en su viaje de huída a Egipto. Una de estas obras, la que aquí se ve, se conserva en el museo del Prado de Madrid. Mientras que la otra también se puede ver en Madrid, pero en esta ocasión dentro del museo Thyssen – Bornemisza.
Ambas obras están realizadas con óleo sobre tabla. Se desconoce la cronología exacta de las dos obras, pero se piensa que las dos fueron hechas entre los años 1518 y 1524.
Patinir, como se puede ver en una de sus obras más admiradas: La laguna Estigia, fue un pintor especializado en la realización de paisajes. De hecho, se sabe que hubo ocasiones en las que él solo pintó los paisajes de sus cuadros, mientras que las figuras se las dejaba a otros artistas colaboradores.
Aunque no sería éste el caso, porque aquí siendo el paisaje de una enorme importancia también es la presencia de la Virgen, la cual ocupa el espacio predominante de la imagen, en el mismo centro, y el color blanco de su túnica y su turbante, así como el blanco de la mantilla sobre la que está el Niño, destaca de manera prominente entre los tonos verdes del paisaje que la rodea.
Ésta es una de las grandes diferencias entre los dos cuadros de Patinir que muestran la Huída a Egipto, ya que en la tabla de museo Thyssen, la Virgen y el Niño, aunque en una postura similar y con un colores casi idénticos, pero son de un tamaño mucho más reducido y con menos protagonismo visual.
Joachim Patinir desde el año 1515 perteneció a la cofradía de pintores de la ciudad belga de Amberes. Sin embargo, su estilo tiene ciertos parecidos con las obras de otro pintor flamenco, Gerard David, éste establecido en Brujas, por lo que tal vez pasó una etapa de formación en esta otra ciudad belga. Por cierto, también Gerard David pintó una obra con el tema del descanso en la huída a Egipto, pero para él el paisaje tenía menor importancia y no es tan protagonista como en las obras de Patinir.
Pero la carrera de Patinir no acabó quedándose en Amberes, ya que se sabe que estuvo viajando constantemente por los Países Bajos, y en uno de esos desplazamientos conoció a Durero, y también a Quentin Metsys con quién colaboró en varias obras repartiéndose el trabajo de pintar uno el paisaje y Metsys las figuras humanas.
En definitiva, Patinir es aclamado por sus paisajes. Y en muchas ocasiones se le considera incluso un antecedente de la pintura paisajista del Romanticismo que se dará siglos después. Y es que los paisajes de Patinir son en sí delicadas pinturas donde los cielos, las lejanías, las masas de vegetación llegan a sugerir misterios.
Y por otro lado, los cuadros de Patinir son un ejemplo prototípico de como la pintura flamenca de los años a caballo entre los siglos XV y XVI, cuando el arte del norte de Europa se va acercando progresivamente a las formas renacentistas italianas, si bien sin olvidar la larguísima trayectoria del arte flamenco y la acusada personalidad de cada uno de sus artistas.