La Laguna Estigia de Patinir
Se trata de un óleo pintado sobre tabla por el pintor Joachim Patinir, y que se conserva y expone en las salas del museo del Prado de Madrid. Los historiadores no se ponen de acuerdo con la fecha de realización de esta obra. Según algunos la hizo aproximadamente hacia el año 1510, sin embargo otros opinan la pintaría entre el 1515 y el 1524, fecha de su fallecimiento.
En la obra se distinguen claramente dos paisajes situados en posición simétrica, ocupando los tercios derecho e izquierdo de la tabla. El del lado izquierdo se corresponde con la orilla de la vida, y por lo tanto se trata de un paisaje luminoso y casi idílico, mientras que el del lado derecho representa la entrada al infierno, por eso se ven llamas y humo en diferentes sitios.
El centro de la obra lo marca la figura de Caronte que está cruzando con su barca la laguna Estigia, pasando almas de un lado a otro. Y todo el tercio central de la composición lo ocupa el azul de las aguas de la laguna.
Joachim Patinir es un representante de la incipiente pintura flamenca, y él de alguna forma es el iniciador del tipo de pintura de paisaje que van a realizar los distintos artistas flamencos y holandeses durante los siglos XVI y XVII.
En sus paisajes abundan los verdes en cualquiera de sus tonos y variaciones, desde el más oscuro al más brillante, y una buena muestra de esa amplia paleta de verdes se puede descubrir en esta obra.
Un rasgo que identifica esta tabla como propia de un momento aún medieval es que el horizonte todavía está muy alto y sobre él una luz blanquísima e intensa inunda todo el paisaje. Sin embargo, en los años posteriores y con la irrupción de las formas renacentistas, la línea del horizonte en la pintura va a ir bajando progresivamente.
Patinir concibe el paisaje como un elemento estático, limitándose a los juegos de horizontales y verticales, casi como un damero. Otro rasgo herencia del arte de la Edad Media del norte de Europa, es la mezcla en el paisaje de elementos naturales y fantasiosos que confieren un efecto sorprendente al conjunto. De esta tendencia, sin duda alguna el máximo representante es el Bosco, con el cual se ha emparentado artísticamente en más de una ocasión a Joachim Patinir.
De este artista se desconocen muchos episodios de su vida, comenzando por la propia fecha de su nacimiento que se estima hacia el 1485. Algunos historiadores del arte dicen que pudo nacer en la región de Bouvignes, cerca del paisaje de Dinant, ya que esos mismos historiadores encuentran parecidos entre el paisaje de esa zona y el que pintó en sus obras. No obstante, son especulaciones.
La realidad es que en sus pinturas nos presenta paisajes grandiosos, de claros horizontes, muy sugestivos y luminosos, con trasparencias blanquecinas que sugieren los ambientes de la Europa del norte, y con un abanico de colores amplísimos, siempre conjugados con gran armonía.