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La góndola en la laguna de Guardi

Publicado por A. Cerra
La góndola en la laguna de Guardi

La góndola en la laguna de Guardi

Esta obra de 1765 realizada por Francesco Guardi es un magnífico ejemplo del tipo de arte que realizó este magnífico pintor venciano, que como otros muchos artistas de su generación y de esa procedencia se dedicó a pintar vistas o vedute de la ciudad italiana de los canales.

En realidad, Guardi formaba parte de una estirpe de pintores, e incluso su hermana era la esposa de uno de los grandes artistas venecianos de la época: Giambattista Tiépolo, autor de importantes pinturas en los grandes salones de la ciudad, como la obra de Venecia rinde homenaje a Neptuno del Palacio Ducal.

En definitiva, Francesco Guardi (1712 – 1793) pasó muchos años de su vida, en concreto hasta 1760, trabajando en el taller familiar, que encabezaba su hermano, y no él. Porque lo cierto es que aunque estamos ante un grandísimo maestro, su arte no fue muy valorado en aquellos tiempos, y menos aún si lo comparamos con el gran vedutista de la ciudad, Antonio Canal, Canaletto. Para hacerse una idea, los honorarios entre uno y otro era más o menos del doble a favor de Canaletto. O también como ejemplo, basta saber que Guardi no pudo entrar en la Academia de Pintores Venecianos hasta que no tuvo 72 años.

Y lo cierto es que Canaletto y sus grandes composiciones tienen un carácter bien diferente a las imágenes más intimistas de Guardi. Con casos extremos como esta Góndola en la laguna, aunque tiene también otros cuadros un poco más animados, si bien igualmente muy personales, como puede ser la Vista de San Giorgio Maggiore.

Pero aunque el carácter de la pintura es diferente entre uno y otro, la verdad es que Guardi también es un pintor profundamente rococó, un artista del siglo XVIII. Si bien la gran diferencia podría ser un estilo muy personal basado en las pinceladas anchas, lo cual provoca la sensación de dejar las cosas casi sin acabar, y de que se funden unas con otras. Algo que ciertos críticos incluso han llegado a calificar de preimpresionismo.

No obstante, seguramente la gran diferencia de Guardi es que él no hizo vistas reales, ni fastuosas, sino panorámicas muy sentidas de la ciudad. Como en este caso en el que vemos lo que él piensa que es lo más representativo de Venecia: un gondolero y el agua.

No pretende plasmar los detalles, ni ser exhaustivo. Él se centra en lo pictórico, y todo ello conseguido a base de esas manchas sueltas de pintura, unas pinceladas que más bien parecen toques al lienzo, de hecho lo llegaron a llamar maestro “di tocco”.