Joven caballero ante un paisaje de Carpaccio
Esta es una obra realizada en el año 1510 por el artista italiano Vittore Carpaccio y que en la actualidad forma parte de los fondos que se exponen en el Museo Thyssen Bornemisza de Madrid.
Carpaccio es un caso un tanto singular dentro de la pintura renacentista italiana del Cinquecento. Se trata de un pintor de origen veneciano, y sin duda comparada con las creaciones de algunos de sus contemporáneos como Leonardo da Vinci o Rafael, el cuadro tiene claras reminiscencias del arte de la Edad Media.
Se desconoce la identidad del personaje retratado, y se ha especulado mucho sobre ellos. Incluso hay quién piensa que sería un rey, sin embargo parece mucho más plausible que fuera un aristócrata o un capitán del ejército. El caso es que se trata de uno de los primeros ejemplos de un retrato de cuerpo entero en Italia.
Como ya se ha dicho, pese a tratarse de una obra de pintura renacentista, la escena y el estilo tiene aires medievales, a lo que sin duda ayuda que el personaje central vaya ataviado con todos los atributos guerreros con los que se participaba en los torneos entre caballeros.
De hecho, la imagen transmite cierta nostalgia de los viejos tiempos de la caballería. Una época en la que los ricos aristócratas tenían como principal entretenimiento guerrear y sus relaciones y códigos de conducta se basaban en valores muy caballerescos. Sin embargo, a comienzos del siglo XVI, aunque la nobleza más acaudalada también seguía comandando tropas en los campos de batalla, lo cierto es que tenían que dedicarse un poco más a trabajar gestionando sus propiedades y riquezas.
La realidad es que el pintor fue capaz en esta obra de representar su época, y se pueden apreciar infinidad de detalles que sirven para describir el entorno político, social y religioso de aquel momento en la Italia del Renacimiento. Aunque al mismo tiempo, como ecos de los antiguos retablos del arte gótico, se puede ver como igualmente tiene la maestría de presentarnos con sutil minuciosidad un paisaje en el que se descubren abundantes símbolos y alegorías.
Carpaccio se formó en el taller veneciano de los Bellini, partícipes en la creación del típico estilo pictórico veneciano dominado por la riqueza de su colorido. De hecho, en esta obra de Joven caballero ante un paisaje, se puede apreciar un tratamiento muy armónico de los colores, algo que sin duda aprendió de los Bellini y de otra de sus influencias: Antonello da Messina.
Vittore Carpaccio pronto se convirtió con sus pinturas en un cronista de la ciudad, si bien uno de sus temas predilectos era pintar las vidas de santos o hagiografías.