Proudhon con sus hijas de Courbet
El pintor francés Gustave Courbet fue muy amigo del pensador Pierre Joseph Proudhon, verdadero antecedente de las ideas socialistas. Sin embargo, pese a lo que se pueda pensar este no es un retrato que le hiciera a él en persona.
En realidad, fue su homenaje. Cuando Courbet supo que su amigo había muerto en el año 1865 consiguió una fotografía de él para pintar esta obra. En ella no los presenta a una edad joven, y acompañado de sus dos hijas, en uno de los momentos más felices de su vida.
Y sabía que era así porque les unía una amistad de hacía muchos años. Se habían conocido en los años cuarenta y desde entonces habían mantenido una estrecha relación. El pintor admiraba las ideas revolucionarias de Proudhon, entre ellas su célebre frase “La propiedad es un robo”.
Sin duda las inquietudes y planteamientos sociales del pensador cuadraban a la perfección con las ideas que mostraba Courbet en algunos de sus cuadros, como Los Picapedreros o Jóvenes comuneros en prisión.
Y en ese mismo sentido, Proudhon consideraba que Courbet era el pintor francés más moderno de la época.
Sin duda el afecto entre ambos, lo volcó el artista en este cuadro. Un cuadro donde vemos al personaje como un pensador, realizando su tarea de intelectual. Ataviado con una blusa de artesano y con sus libros y cuadernos. Es decir, nos lo quiere representar haciendo su trabajo y cumpliendo con su cometido dentro de la sociedad. A la vez que lo vemos en una pose humilde que nos habla tanto de su carácter como de sus ideas, ya que se quería mostrar sus ideales igualitarios.
Si bien, a Proudhon no todo el mundo lo vio así. Por ejemplo, Karl Marx lo conoció, mantuvo con él correspondencia y sin embargo con el tiempo lo tildó de un “socialista burgués”. Algo que se debía sobre todo a que el filósofo francés renunciaba de la rigidez del marxismo. Motivo por el cual sus ideas fueron muy influyentes en los movimientos anarquistas.
No obstante, Courbet también nos lo quiere presentar como un hombre de familia, con sus hijas Catherine y Stephanie, en una imagen que se correspondería con el año 1853, una fecha que aparecía en el título original de la obra.
Así como también originalmente en la imagen también aparecería la esposa de Proudhon. Sin embargo, tras una primera exposición del cuadro en ese mismo año 1865, se decidió a borrarla. Y hoy si nos fijaramos bien el cuadro, casi a simple vista se pueden ver rastros de la figura femenina. Aunque todavía se ve mucho más claro con los rayos X.