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Psyché y el Amor de Simon Vouet

Publicado por A. Cerra

Psyché y el Amor de Simon Vouet

Los primeros pasos como pintor de Simon Vouet (1590 – 1649) los dio junto a su padre, el pintor Laurent Vouet. Pero el talento del niño debía ser tanto y tan aparente que con solo 14 años le llamaron desde Inglaterra para que realizara un retrato. Ese fue el principio de su carrera y también el primero de sus muchos viajes, ya que se tiene constancia de que estuvo en lugares como Estambul en Turquía o en diversos sitios de Italia como Venecia o Roma.

De hecho en la capital trasalpina vivió hasta 15 años. Y es que allí se empapó del arte del pasado y sobre todo de las modernas creaciones del Barroco. Así que en sus obras se puede apreciar el potente embrujo que tuvieron en él y la influencia de artistas como Giovanni Lanfranco, Annibale Carracci y sobre todo Guido Reni, autor de famosas obras de temática religiosa y también mitológica como su Hipomenes y Atalanta.

Lo cierto es que su estilo es muy italiano, tanto que hasta llegó a ser decano de la Academia de San Lucas en Roma. Sin embargo acabó regresando a su París natal. Entre otras cosas porque se le ofreció ser pintor del rey Luis XIII. Eso ocurrió en 1627 y tal viaje de Italia a Francia para trabajar en un lugar tan influyente se tiene como el principio del barroco clasicista en el arte galo. Una corriente en la que acabaría despuntado de un modo evidente el talento de Nicolas Poussin con obras como el Rapto de las Sabinas o La danza del tiempo.

No obstante, aunque Poussin es el gran pintor de aquella época, a Vouet no le faltaron los encargos y gracias a su enorme taller pudo hacer frente a los pedidos de la monarquía y también de la aristocracia, además que trabajó para la fábrica de los tapices de Gobelinos o hizo pintura religiosa.

Sin embargo, hay que considerar que el género más apropiado para su estilo son los temas mitológicos como el que nos plantea en este cuadro que representa el mito de Cupido y Psiché. Una obra que actualmente está en el Museo de Bellas Artes de Lyon.

En esta tela vemos la representación del Amor durmiendo profundamente en un elegante lecho de época. Y vemos su cuerpo infantil a través del candil que lleva Psyché en una mano, mientras lo observa con deseo. Tiene un claro tono erótico la escena, a lo cual ayudan los cortinajes rojos de la habitación. Además de que en aquellos años, todos sabían el relato mitológico y romántico al que hacía mención esta imagen.