La escuela del amor de Correggio
Esta obra realizada hacia el año 1525 por el pintor italiano Correggio, se encuentra expuesta en las salas de pintura italiana renacentista de la National Gallery de Londres.
Este cuadro formaba parte de un conjunto de seis pinturas de temática mitológica y espíritu erótico que el artista Correggio realizó por encargo de Federico II de Mantua, el máximo gobernante de la ciudad de Mantua en aquellos años. En concreto, dentro de esta serie está es la que representa La Escuela del amor, y también es conocida por otro título: Venus con Mercurio y Cupido.
Correggio es un pintor con numerosas influencias en su estilo. Conoce el arte de su tiempo de diferentes ciudades italianas, desde Venecia hasta Roma o Milán, por eso en cuadros como este se pueden rastrear esos influjos variados.
Por ejemplo aquí es evidente que los contornos un tanto borrosos o las veladas transiciones que nos llevan desde una sombra rosada hasta potentes reflejos dorados nos remiten al arte veneciano, y especialmente a un pintor como Giorgone y obras suyas como El concierto campestre. Ese mismo influjo es que provoca toda la atmósfera de la escena.
Pero también se puede ver la huella del arte de Leonardo da Vinci, sobre todo en las figuras y los rostros. Sin el arte de Leonardo y su forma de pintar las mujeres sería inconcebible que Correggio hubiera pintado un cabello tan sedoso, o el tipo de sonrisa que nos habla más de sueños que de felicidad, por no hablar de la complicada pose de Venus.
Y desde luego trabajando en Mantua, hay otro pintor renacentista de gran influencia en la obra de Correggio. Lógicamente estamos hablando de Andrea Mantegna y sus frescos en el Palacio Ducal de la ciudad.
La obra ha llegado hasta nuestros días cortada por sus cuatro lados. Es decir, no sabemos cómo sería su aspecto original, aunque es previsible que ese corte haya dejado solo las figuras, mientras que se eliminaría parte de la ambientación que concibió el artista.
El caso es que esas figuras son magníficas por la vitalidad que transmiten. Curiosamente, esta escena no se relaciona con ningún episodio mitológico conocido. Sino que se trata de una reinterpretación de esos tres dioses, Venus, Mercurio y Cupido, para lanzar el mensaje. Se trata de que Venus y Mercurio están enseñando juntos a Cupido, al igual que hacen los matrimonios. Aunque también tiene un lectura interesante en el sentido zodiacal, ya que serían dos buenos planetas por su influencia beneficiosa para los nacidos bajo su signo.