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Venus Itálica de Canova

Publicado por A. Cerra
Venus Itálica de Canova

Venus Itálica de Canova

Antonio Canova es posiblemente el escultor de la época del Neoclasicismo de mayor calidad artística de toda Europa. Este artista italiano, realizó numerosas esculturas basadas e inspiradas en el arte clásico, en ocasiones adaptando esos modelos para retratos de sus contemporáneos como el elegante mármol de Paulina Borghese y otras veces realizando temas mitológicos del propio clasicismo como su famoso grupo de Eros y Psique.

En este caso de la Venus Itálica también nos presenta a una diosa romana. Es un mármol que se conserva en la prestigiosa Galería Palatina de Florencia y cuyo referente más claro es la Venus de Medici, aunque también su tema y sus formas pueden remitir hasta el arte griego de la Afrodita de Cnido de Praxíteles.

En todas ellas se ve a la diosa grecolatina del amor que hace un gesto de sorpresa al ser sorprendida saliendo desnuda del baño, si bien la menos recatada de todas ellas es la Afrodita (la Venus griega) de Praxíteles.

En general las obras del italiano Canova se basan en las esculturas del clasicismo tardío, a partir del cual se inspira para crear figuras tremendamente elegantes, con unas formas que rozan la perfección, para lo cual ayuda la extraordinaria maestría del artista con los cinceles y demás útiles de su oficio, ya que conseguía crear obras de una extrema delicadeza.

Hay que tener en cuenta el momento artístico en el que desarrolló su trabajo Canova: el periodo neoclásico. Por aquel entonces, todos los grandes artistas europeos, fueran pintores, escultores, literatos o arquitectos, se dirigían a Italia para conocer de primera mano el arte clásico y también las obras de los siglos del Renacimiento. Además tuvieron lugar las primeras excavaciones arqueológicas en las dos ciudades de la civilización romana mejor conservadas: Herculano y Pompeya.

En esos descubrimientos salieron a la luz numerosos frescos como los de la Villa de los Misterios, esculturas e infinidad de objetos de tiempos de los romanos, que generaron una enorme pasión hacia la civilización romana y por extensión también hacia el arte de la Antigua Grecia. Una pasión que no solo llegó a los artistas, sino también a los mecenas, que deseaban poseer originales de aquellos tiempos y obras de sus contemporáneos que evocaran aquellas culturas antiguas.

Por ello el arte retomó, en oposición a lo inmediatamente anterior del periodo Barroco y Rococó, valores como la armonía, los ideales de belleza y sobre todo el equilibrio. En ese contexto surgió un artista de la talla de Antonio Canova, que supo trasladar con maestría todos esos valores a su arte, y por ello fue un escultor muy cotizado que trabajó para los personajes más relevantes de su época, tanto para aristócratas, como los Papas de Roma e incluso el propio emperador francés Napoleón Bonaparte.