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Convento de San Pedro el Viejo de Huesca

Publicado por A. Cerra

Claustro de San Pedro el Viejo de Huesca

Este monumento en pleno centro de la ciudad española de Huesca traslada sus orígenes a la época en la que la ciudad fue conquistada por los cristianos en el siglo XII, tras una larga época en poder de los musulmanes. Es decir estamos ante un conjunto conventual de estilo románico, donde se mantiene la iglesia, el claustro y algunas partes del antiguo monasterio, que incluso sirvió como Panteón Real donde fueron enterrados destacados monarcas del Aragón medieval como es el caso de Alfonso I el Batallador y Ramiro II el Monje.

Si bien aquí hubo un templo anterior, el cual incluso se mantuvo durante el periodo musulmán, ya que se permitió que lo usara la población cristiana. Sin embargo, tras la reconquista y la posterior entrega del lugar a los monjes benedictinos se decidió hacer una construcción nueva que se prolongó durante gran parte del siglo XII, y que le confiere el característico aspecto románico a la iglesia. Una iglesia de piedra, con tres naves y una triple cabecera.

Y en cuanto al claustro, situado en el lado sur de la iglesia, es un espacio rectangular abierto al espacio central mediante arcos de medio punto y columnas dobles en las que hay un estupendo conjunto de escultura románica. Si bien, solo la mitad aproximadamente son originales, mientras que el resto son reproducciones posteriores.

Lo cierto es que el conjunto ha sufrido diversos cambios con el paso de los siglos, y hoy poco se conserva de las dependencias conventuales, y también hay que tener en cuenta que el recinto ha sido cercado por el crecimiento de las casas vecinas, de manera que se han modificado o perdido algunas de sus portadas.

Aún así hay una de ellas que es espectacular y se ha convertido en la principal. Una portada donde se ve un crismón, similar al de otros edificios románicos españoles, como por ejemplo en la cercana Catedral de Jaca. En el caso de San Pedro el Viejo podemos ver un crismón trinitario, o sea, la representación con letras del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Un crismón que sostienen dos ángeles situados a los lados.

Portada de San Pedro el Viejo

Y sorprendentemente quedan restos de pintura policromada en el este relieve, tanto en las figuras del tímpano como en el propio crismón, lo cual le daría un aspecto muy diferente a la imagen de la piedra sin color con la que nos imaginamos los templos medievales. Pero es que hay que tener en cuenta que pintar todos esos relieves fue algo muy habitual durante la Edad Media, y para muestra recordemos aquí la portada gótica de Santa María de los Reyes en Laguardia, Vitoria.