Construcción vacía de Jorge Oteiza
Pese a que esta obra del escultor vasco Jorge Oteiza (1908 – 2003) se conoce simplemente como Construcción Vacía, tiene un nombre original mucho más largo: Construcción vacía con cuatro unidades negativo – positivo. Un título muy propio de la corriente artística en la que podríamos enmarcar la obra: el constructivismo. Si bien por sus líneas simples y la economía de medios en su forma, también tiene mucho del miniamilismo.
El caso es que esta enorme escultura que alcanza los 6 metros de altura y que está realizada en acero corten fue adquirida por el Ayuntamiento de San Sebastián en 2002 para ser colocada en el Paseo Nuevo que recorre toda la zona de la Playa de la Concha. Pero la obra es fruto de un trabajo mucho anterior. Concretamente de la propuesta que hizo Oteiza en el año 1957 para la Bienal de Arte de Sao Paulo, Brasil.
Sin embargo, varias décadas después se instaló aquí, en la ciudad donde un año después moriría el escultor guipuzcoano. Y precisamente en el otro extremo del Paseo Nuevo haciendo contraste con la obra El Peine de los Vientos de Eduardo Chillida, ubicada en la otra punta de la bahía de San Sebastián. De alguna forma, era el modo de que la ciudad rinda tributo a los que están considerados como los escultores vascos más prestigiosos del siglo XX. Los cuales por cierto también coincideron mucho tiempo antes trabajando en el emblemáticos Santuario de Arantzazu.
Esta obra plasma algunos de los planteamientos artísticos que convirtieron a Oteiza en uno de los creadores más revolucionarios de su tiempo. Siendo un referente para muchos escultores. Si bien es cierto que no se trata de un artista fácil para el gran público, dado que plantea a veces conceptos demasiados complejos y densos.
Esos conceptos a veces, para la gran mayoría no son muy reconocibles en sus obras. Y para terminar de comprenderlos hay que recurrir a los muchos escritos que nos dejó con sus reflexiones artísticas y filosóficas. Por ejemplo respecto a sus conclusiones sobre este concepto de construcción vacía escribió: «Todos quieren decir algo por ocupación, yo quiero no decir nada, dejar la huella del vacío, de esto que uno no debe decir. Siempre pasa nada solamente una desocupación pasa y algo ha ocupado un sitio vacío».
Ciertamente no es muy fácil de comprender, pero lo que es indudable que las obras que Oteiza hizo en los años 50 han tenido una enorme repercusión en la escultura de vanguardia y actual. Tanto en lo referente a la forma como en cuanto al proceso creativo, ya que lo más destacado de su legado, es que con él se comenzaron a realizar las series escultóricas concebidas no desde la forma, sino partiendo de una idea totalmente abstracta.